El Hormiguero Lector, presenta hoy, la entrevista a una Hacedora de la literatura, que al igual que un pez, nada por el inmenso mar de las letras, y ese mar abarca tanto la literatura a secas como la literatura infantil y juvenil..., SILVIA ARAZI es una mujer escritora, es una mujer del arte, del canto, de la creación que atraviesa el mundo creativo para llegar con su voz interior a todos los lectores, sin importar edades, lugares, sueños. Una artista de la palabra compartida, una orfebre de la palabra llevada a la excelencia literaria.
—¿Por qué se te ocurrió ser escritora?
De chica me inclinaba por casi todas las
manifestaciones artísticas: escribía poemas, dibujaba, cantaba, leía mucho y,
según mis padres: “vivía en las nubes”. Mirándolo en perspectiva, pienso que
todos esos ingredientes hacen al oficio de escritor. Ser escritora no era un
objetivo en mi vida, sino una pasión, entre otras. Sin embargo, el día que me
nombré de ese modo fue decisivo. Recién cuando asumí ese compromiso y esa
entrega, la escritura me abrazó. Y creo que el mío es un amor para siempre.
—¿Se puede decidir ser escritora, o se nace?
Ambas cosas. Podemos estar dotados
por una destacada capacidad de observación, de asombro, de elocuencia, o con
una imaginación privilegiada. Pero sin una voluntad y un arduo trabajo, esas
cualidades pronto se convierten en ceniza.
—¿Cuando escribís, dejás volar siempre tu imaginación o
mirás la realidad?
La imaginación siempre tiene un
ancla en la realidad. Si nos ponemos a pensar
enseguida nos encontraremos la pregunta: ¿Qué es la realidad? ¿Hay una sola realidad? Creo que lo que
llamamos real no es más que una interpretación, filtrada por nuestra
subjetividad. Ficción y realidad se funden en un escritor. En breve se publica
un libro llamado “La niña que vivía en las nubes”. La historia parte de un
hecho verídico de mi niñez, pero el relato enseguida remonta vuelo y aparecen
elementos fantásticos que solo podrían aparecer en los sueños.
—¿De qué trabajaste antes de dedicarte a ser escritora?
De muchas cosas. Cuando era adolescente
recorría la ciudad vendiendo ropa que
hacía una señora amiga de mi mamá. También trabajé como actriz, como cantante, como
narradora oral, como instructora de yoga. Durante años fui profesora de canto y
coordinadora de talleres de escritura creativa. Sigo dando talleres de
literatura y de canto -mis dos pasiones-, porque me gusta mucho la docencia y
el intercambio con los alumnos siempre es enriquecedor.
—¿Cuál fue el libro que más te gustó escribir?
Quiero a todos mis libros por
igual. Si tuviera que elegir, diría que disfruté especialmente del proceso de
escritura de la novela "El niño de pocas palabras", una historia me hizo reír y
llorar junto a su protagonista mientras la ponía en palabras. Un libro que
escribí pensando que era para adultos y, para mi sorpresa, tuvo un destino
inesperado ya que se lee actualmente en las escuelas. Eso significó un antes y
un después en mi vida. Escribir para jóvenes lectores abrió las puertas de mi
mente y de mi corazón.
Se habla mucho de la lectura y la
escuela, ¿cómo es la relación dentro de la escuela en ARGENTINA? ¿Cómo te
gustaría que fuera la escuela de hoy para los niños?
Me gustaría que todos los niñes,
sin distinciones, pudieran acceder a una educación de calidad, y que la escuela
ayudara a pensar y a sentir más que a acumular información. Los datos, hoy en
día, se pueden encontrar fácilmente en Internet; en cambio comprender, pensar y
crear son tareas que solo el docente puede facilitar. Hay excelentes docentes
en Argentina pero su trabajo en la escuela pública todavía no está respetado y
remunerado como corresponde.
.
—¿Sos muy sensible, como tus personajes?
Creo que sí. Y bastante solitaria.
La escritura es, de algún modo, un refugio que me protege de las heridas del
mundo.
—¿Qué te hizo ser así?
Como todo ser viviente, he
conocido el dolor, la alegría, el amor y el desamor pero creo que algunos
tienen, o tenemos, un corazón más poroso.
—¿Cómo ves la literatura infantil y juvenil en ARGENTINA?
¿Y en Latinoamérica?
La veo en un gran momento. Hay mucha
calidad literaria y se abordan temas que antes se mantenían lejos de los niños,
por temor, por tabú, o por prejuicio. Por otra parte, se ha jerarquizado la
literatura para niños y jóvenes como nunca antes. Personalmente, creo que nunca
un libro es tan importante y necesario como lo es en la infancia y en la primera
juventud.
—Si un niño o niña quiere ser escritor, ¿qué tiene que
hacer?
Leer mucho. La lectura y la
escritura son hermanas y no se puede pensar una sin la otra. Un buen escritor
lleva en su interior, además de su sensibilidad y su experiencia en el mundo,
todos los libros que alguna vez ha leído.
—¿Crees que la literatura debe ser estremecedora,
conmovedora, molesta o indomable?. ¿Por
qué?
La literatura puede ser todo eso y
más, depende del gusto personal del lector.
Todos los gustos son válidos pero, en mi caso, prefiero la literatura
que me emocione y me ayude a pensar.
GRACIAS…..!!!
¡Gracias por inviarme a este laborioso
hormiguero!
@ Eduardo Raúl Burattini
@ Eduardo Raúl Burattini
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