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jueves, 28 de octubre de 2021

Zulema Alcayaga en mi formación como lector

 

 

Dr. Marcelo Bianchi Bustos

 

La noticia de que soy uno de los ganadores del premio HORMIGUITA VIAJERA me llenó de emoción. A esto se sumó ver el listado de los otros premiados que son grandes personalidades del maravilloso mundo de la LIJ pero de todas ellas hay una que en especial ocupa un lugar muy importante en mi biografía lectora. Es esto lo que me lleva a escribir este texto y sepa el lector disculpar que sea tan autorreferencial.



Crecí rodeado de historias orales narradas todas las noches por mis padres y de algunos pocos libros pues en ese complejo contexto de la década del 70 la inflación era terrible y lo primordial era comer. Cada tanto llegaban a mis manos algunos libros de los que se vendían en los kioscos de diarios y revistas, y semanalmente la revista Anteojito que yo esperaba con ansia y devoraba con placer. Todo colaboró en mi formación como lector, todo está presente en mi textoteca, en mi camino lector, tal como la denomina Laura Devetach. Pero en ese complejo entramado en el que no solo están los libros sino también la televisión y el cine- dos productos culturales que amo -, hay una autora que comencé a admirar sin saberlo desde chico cada vez que veía MARGARITO TERERÉ. En ese programa de televisión, una serie de hermosos personajes vinculados con nuestra fauna se hacían presentes y con ellos las maravillosas canciones que aún recuerdo de Zulema Alcayaga, la autora también premiada que me lleva a escribir esto.



Su poética comenzó desde chico a conquistarme. Maravillosas rimas, un cuidado en el uso del lenguaje y personajes entrañables provocaron en mí, un niño de apenas 7 años, el desarrollo de la imaginación y el deseo re recorrer la Argentina para conocer cada uno de sus rincones y ver, tal vez a Misia Pepa, Corbata Cuá y tantos otros maravillosos personajes. No recuerdo hoy si el programa era diario pero sí me acuerdo del momento de mirarlo en ese viejo televisor a válvula. Tal vez muchos de mi edad recuerden el filme Margarito Tereré del año 1978 dirigida por Waldo Belloso y con guion del propio Belloso y de Zulema Alcayaga. La voz de los personajes resuena en mis recuerdos, al igual que la maravillosa voz de Jovita Díaz que puede disfrutarse en https://www.youtube.com/watch?v=7q7AxegK4Cc .




Sin lugar a dudas creo que Alcayaga es una gran constructora de la cultura nacional, de grandes páginas literarias de folklore pensado para niños que ayudó a que amemos más a nuestro país y sus tradiciones. Recuerdo ese maravilloso Gato de la calesita que canté con mis compañeros de sexto grado y tantas de sus canciones. https://www.youtube.com/watch?v=zq2LmbmscdE

Muchos de los que amamos nuestro folklore escuchamos una obra suya en la apertura de uno de nuestros más grandes festivales, el Himno a Cosquín que escribió  con Belloso y que podemos escucharlo en https://www.youtube.com/watch?v=hS6zXawciSg

Más adelante en el tiempo pude disfrutar una vez más de su obra con el genial espectáculo Canciones para argentinitos. En los 2000 yo fui director de una escuela primaria en Manuel Alberti y mi gusto por su obra llenó de melodías los recreos y muchos de los actos escolares.


Cada uno de sus personajes, canciones, cada uno de sus versos, su poética, sus sonidos y su mirada sobre nuestra argentina forman parte de mi biblioteca, la que alberga mi mente y mi corazón. Sin lugar a duda, Zulema Alcayaga es parte de mi biografía como lector y eso provoca no solo estas líneas sino el deseo de que sea recuperada dentro del canon literario para que todos los niños de hoy disfruten de su obra.

 

domingo, 24 de octubre de 2021

 

La extranjera

por María Cristina Alonso

Ser niño es ser extranjero

1.

El Extranjero queda del otro lado del tapial, en el baldío contiguo a mi casa. No te piden pasaporte para entrar. Sólo hay que escaparse de la siesta y trepar poniendo las puntas de los pies en los ladrillos salientes.

Las personas grandes con las que vivo desconocen este territorio, pero yo,  con nueve años, tengo derecho a ingresar en él.

Un salto basta para caer en  las planicies azules y avanzar por las montañas de escombros picoteadas por las gallinas. El suelo minado por vidriecitos de colores me encandila y un viento fuerte me permite flotar un rato sobre las campanillas y las margaritas que crecen desordenadas por todos lados.

No crean que no siento miedo. Si, un poco, pero distinto al que me dan las sombras en las paredes de mi cuarto, por las noches, cuando sólo queda la lámpara encendida. Sombras de fantasmas en la oscuridad. La noche también es un territorio extranjero. El más largo, amenazador y difícil de escapar.

Por el baldío inmenso camino con cuidado para no perderme. Hay senderos engañosos que llevan a los cuentos con lobos y serpientes, a la ciudad de los esqueletos o, en el mejor de los casos, a la selva de Horacio Quiroga con inofensivos coatís pero también con yacarés de dientes voraces y yararacusús..

Llevo un mapa para orientarme. Lo dibujé la última vez que me animé a saltar al baldío. Pero la zona tiene la virtud de ir cambiando su geografía cada vez que llega un visitante. Es un territorio endeble, no mantiene mucho tiempo su aspecto original. Tan pronto es de noche como al rato el sol brilla  como en el verano.

 

2.

Me he escapado de la cocina de mi casa porque los grandes están enzarzados en una interminable discusión. Nadie se dará cuenta de mi ausencia.  Agarré una bolsa donde puse una manzana y un puñado de galletitas que había en un plato. Toda aventura requiere un mínimo de organización. Llevar algo de comer siempre es importante. Tal vez no pueda volver por un día o dos.

Saltar es fácil. Abajo me espera Yuri, el perro del vecino, un cusco negro y de orejas pequeñas al que le han puesto el nombre de un astronauta ruso.   Me propongo subir por la montaña de escombros para ver qué hay del otro lado. Nunca he llegado tan lejos.

El ascenso tiene sus inconvenientes. Hay alambres de púas retorcidos por todos lados. Tengo que  hacer grandes rodeos para no lastimarme. Mis rodillas están llenas de cicatrices y moretones. Me los hago con los patines y la bicicleta.

Una niebla azul oculta el pico de las montañas que, de lejos, parecen nevadas.  Cada tanto llegan los sonidos de una radio encendida en un patio contiguo y  los gritos de la vecina que llama a su hijo. Es extraño que, en un paisaje tan montañoso, se escuchen los sonidos del barrio. Pero El Extranjero es así. Tan pronto se puebla de enanos audaces que cuentan historias, como aparece Yuri con un hueso que le han dado en la cocina.

Del otro lado hay vida. La descubro sentada sobre el techo de una camioneta abandonada. Es una chica flaca de pelo enmarañado vestida con unos pantalones cortos y unos zapatones más grandes que sus pies.

 Al principio no parece verme y no responde a mi saludo.

Tal vez no comprenda mi idioma, pienso, vaya a saber qué lengua se habla en El Extranjero. Un gorrión baja a comer de su mano y ella sonríe levemente. Al fin levanta la vista y me ve.

Hola, dice.  Soy Enyd.

Hola, soy Hada. Saludo mintiendo.  Hada se llama la madrina de mi hermana. Daría cualquier cosa por cambiar el mío por ese nombre arrancado del Libro de las narraciones extraordinarias.

Te estaba esperando. Dice Enyd. Te he esperado durante cien días.

No nos conocemos, le digo incrédula. A veces he venido y no estabas.

Pero yo soy tu amiga invisible. Baja de la carrocería y me agarra la mano. Es un poco más alta que yo, pero no mucho.

Para volver tendrás que pasar por el monte oscuro. No te voy a dejar sola.

Yuri ladra tres veces.

 3.

Dejamos atrás las montañas de escombros y entramos en el monte. Oscurece. Mucho. Demasiado. Como si nos cayera encima un frasco gigante de tinta china. Sólo brillan los ojos de animales secretos, la pluma de un pájaro, las hojas de los árboles que caen como lluvia.

Lo que da más miedo es lo que no se ve, dice Enyd.

A lo lejos, una lengua de fuego ilumina el bosque.

Ese es el más peligroso. Dice Enyd, el Quemador de Maderas. Su fuego se lleva todo en un instante.

Pero la noche vuelve. Las ramas arañan mis piernas desnudas. Enyd me conduce para que no me lleve por delante a los árboles. Yuri salta alrededor de nuestros pies.

Hay que repetir las palabras mágicas para que vuelva el día.

Bueno, digo. Dale.

Es que tenemos que encontrarlas. Cada vez son palabras distintas.

Encontrar palabras es mi juego favorito. Lo practicamos con mi hermana de cama a cama cuando mi madre apaga todas las luces y nos obliga a dormir.

Probemos con palabras con r, dice Enyd.

Digo: rato reto rota rita riel rama risa reina rito reloj raro rápido relámpago remedio remo reno rinoceronte rana relincho roca ranura rosca real. No, real no porque nada es real mientras camino con Enyd por este bosque inventado.

De a poco empezamos a ver la sedosa luz de la mañana. Acá el tiempo no tiene criterio. La noche le sigue a la tarde y a la tarde la mañana. Lo tengo claro, el Extranjero es un mundo desordenado y hay que adaptarse a él.

Enyd llega al tapial antes que yo. Tiene piernas ágiles y largas. Sus zapatones la impulsan hacia arriba.

Trepamos lentamente. A medida que avanzamos agarradas de los ladrillos salientes el tapial se va haciendo más y más alto. El sol ahora nos pega en la cara. Transpiramos. El tapial se estira como si fuera un elástico.

No vamos a llegar nunca le digo a Enyd. Pero ella avanza clavando sus zapatones entre los ladrillos. Parece una rana mirándola desde abajo.

Un relámpago nos paraliza. Sobre nuestras cabezas las nubes gordas amenazan. Al fin llueve. Seguimos trepando mientras se nos empapa la ropa, el pelo y casi no podemos abrir los ojos de tanta agua que nos cae.

Ya estamos, dice Enyd y me extiende la mano para que llegue hasta arriba. Sé que cuando vea el jardín de mi casa todo volverá a su orden.

Sentadas en el tapial, Enyd y yo miramos sorprendidas. Mi casa ya no está. En  su lugar flota una niebla de seda, suave e impenetrable.

Ya no tengo a dónde volver.

 4

Al fin estoy flotando en el espacio, como  tanto lo he imaginado mientras leía las noticias sobre las caminatas espaciales que los rusos y los norteamericanos hacen atados a sus naves explorando el cosmos. Enyd me ha dejado sola y estoy teniendo un poco de frío. Es raro flotar en el espacio sin traje especial ni escafandra. A mi alrededor, pasan satélites artificiales tripulados por perros, monos y tortugas.

El viento del cosmos es un viento diferente. Trae olor a mercurio, a sulfatadas rocas voladoras, a estrellas que la gente pierde cuando mira el cielo y se distrae.

Por momentos quiero volver a mi casa, al café con leche y a mi cajón de libros y revistas, pero hay resplandores azules a mi alrededor y velos turquesas y dorados que me erizan la piel. Nunca volveré a ver algo semejante. Flotar sin ley de gravedad es lo más parecido a quedarse sin cuerpo. Lo disfruto. Me río.

Tal vez ya haya llegado a la luna. Puedo ver su cara oculta y la Tierra, allá lejos, como un botón luminoso.

La tormenta espacial me arrastra y siento frio. Desciendo abruptamente. Los pies me pesan y las manos se me han entumecido.

Era hora de volver, me dice Enyd. Estamos de nuevo en el baldío, quiero decir, en el Extranjero y mi amiga invisible tiene frente a sí desplegado un mapa rutero, parecido al de mi padre con la propaganda de YPF.

 

5.

No sé cuánto hemos avanzado. Enyd me muestra el mapa de rutas argentinas que se vuelve inútil. Nos guiamos por líneas punteadas y rayas rojas que atraviesan las provincias y unen pueblos y ciudades.

El cielo se cubre de nubes oscuras y bajas. No tarda mucho en caer la nieve, espesa, suave, silenciosa.  Veo nieve por primera vez. Es más fría que la de los cuentos. Los copos van cubriendo nuestra ropa. Es urgente encontrar un refugio.

Ahora el bosque que atravesamos es de pinos. Las ramas con el peso de la nieve nos golpean la cabeza.

Hay que cuidarse de los lobos, dice Enyd, pronto aparecerán en manada y les encanta morder carne fresca.  Me horrorizo pero no quiero hacer ningún comentario para que mi amiga no crea que soy una chica tonta y temerosa.  Miro a Yuri y deposito todas mis esperanzas en él. Los perros son parientes lejanos de los lobos y tal vez pueda interceder ante ellos.

A lo lejos, sobre la planicie nevada aparece una manada de lobos blancos que apenas se distinguen por el brillo dorado de los ojos y los hocicos humeantes.

Bajo la nevada, el tiempo se detiene. Sopla el viento. La nieve se clava como agujas en la cara. Los lobos nos siguen mirando. Enyd me dice que nunca se registraron muertes en este territorio, pero a estas alturas ya casi no puedo escucharla porque la ventisca nos obliga a caminar dobladas y a taparnos los oídos. El frío se cuela por los pliegues de la ropa. Las ramas de los árboles golpean  dentro de mi corazón.

Me doy cuenta de que no será fácil escapar de ese mundo desolado. Uno de los lobos se nos acerca. Veo su pelaje blanco y grisáceo resplandecer con la luz del atardecer. Tiene las orejas erectas, muestra sus incisivos y arquea la espalda.

Tranquilo que no soy Caperucita, le digo. El lobo aúlla. La luna sale. El viento se calma. La nieve se derrite.

El lobo nos ha dejado volver, dice Enyd desde arriba del tapial. Me parece que te llaman, me advierte señalando el otro lado, donde está mi casa.

 6

El hombre flaco que lee el diario sobre la mesa de la cocina se parece a mi padre. Hasta se  rasca la cabeza de tanto en tanto como lo hace él. También la mujer con el delantal manchado de salsa de tomate que acomoda los fideos en la fuente tiene el mismo peinado que mi madre y sonríe cuando me ve entrar con la misma dulzura que ella.

La chica que entra al baño a lavarse las manos tiene el pelo recogido en una cola de caballo como lo usa mi hermana y lleva el vestido con flores amarillas que tanto me gusta y le envidio. Los tres se parecen a mi familia pero no son los verdaderos. Lo supe cuando bajé del tapial.

Todo me quiere convencer de que he vuelto al mismo lugar. Ahí están las tres golondrinas de cerámica colgadas en la pared del comedor y, sobre la mesa del living, mis cuadernos de la escuela con los problemas de matemática sin resolver.

Pero yo no me engaño. Lo sentí en la más negra oscuridad del monte que atravesamos con Enyd, también cuando flotaba en el espacio o caminaba sobre la nieve. Hay algo que cambia cuando nos alejamos.

Vuelvo a mirar mi casa y a mi familia. Bueno, son bastante parecidos a los originales. Mientras me siento a la mesa casi me convenzo de que son los mismos. O tal vez soy yo la que siempre será una extranjera.

 

 

 

 

 

 

 

 

¡¡¡ Aquí están...., estos son !!!, los nuevos integrantes del Hormiguero de la LIJ: 2021"

 

Premio Nacional y Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil

“LA HORMIGUITA VIAJERA”

 

BIBLIOTECA POPULAR MADRE TERESA de Virrey del Pino

La Matanza, Buenos Aires

ARGENTINA


Edición 2021



 

Los premiados con la Hormiguita Viajera 2021 son los siguientes:

 


Maestros latinoamericanos de LIJ

GIGLIOLA ZECHIN (CANELA) (ARGENTINA) por su trabajo de verdadera maestra y por su compromiso con la palabra el lenguaje y la lectura y con todos los niños y jóvenes. Por ser referente de la literatura infantil y juvenil viendo la frontera nacionales por haber creado varios personajes y libros que han merecido premios y distinciones. Por su excelente labor en los medios de comunicación realizando una difusión no solo de sus obras sino además,  la de otros autores. Por su excelente desempeño en la creación de colecciones antologías en el mundo de la industria editorial.

EMILIA GALLEGO ALFONSO (CUBA) por su trabajo como escritora y docente creadora de la cátedra de literatura infantil y juvenil latinoamericana en la universidad de La Habana Cuba. Por promover los valores de la literatura a lo largo de Cuba y de América Latina y el Caribe al organizar cómo referente del IBBY seccional Cuba, el congreso internacional de literatura infantil y juvenil qué ha permitido el encuentro y el intercambio entre los actores de la literatura.

ZULEMA ALCAYAGA (ARGENTINA) por su trayectoria como poeta compositora guionista y dramaturga Argentina orientada especialmente al folklore dirigido a los niños.  

Ha compuesto principalmente en compañía de su esposo El músico Waldo Belloso, “Canciones para argentinitos”,  el musical “Frutillitas”,  “Ositos cariñosos”.
Con su personaje de Margarito Tereré ganó la aceptación y el corazón de todo el público argentino tanto infantil como adulto llegando a todos los hogares gracias a la difusión qué durante 10 años hizo la televisión; se transmitió en todo el territorio nacional dada la fama y el cariño del personaje Margarito Tereré y sus compañeros llegan al cine.  En la década del 2000 creó el espectáculo musical canciones para argentinitos dedicada a difundir la música folklórica Argentina entre los niños esto produjo la edición de 2 discos en el 2001 y 2006 respectivamente.


PABLO MEDINA (ARGENTINA) maestro investigador y librero y sobre todo un lector Insaciable Qué lleva 50 años de amor por los libros dirigiendo el espacio LA NUBE, dónde nos podemos dar el lujo de perdernos entres sus estanterías y salas, como así también en su Museo.  La Nube es un espacio de la lectoescritura dónde funcionan un club de lectura,  se dictan cursos y talleres, dónde podemos encontrar primeras ediciones de obras muy difíciles de hallar hoy en día. Pero además de ser un espacio de la lectura y el libro La Nube es un testigo vivo de los avatares que se vivieron en esta tierra Argentina, dónde Pablo Medina vivió y sintió la dolorosa experiencia de la última dictadura militar qué tanto se ensañó no solo con hombres y mujeres sino sobre todo con la cultura prohibiendo libros, silenciando escritores o enviándolos al exilio. Su labor entonces de guardián y amante de los libros le permitió resguardar mucho material bibliográfico, naciendo así el Centro de Documentación e Investigación sobre el mundo de la literatura para las infancias, años después se sumó la bebeteca y los niños y sus familias pudieron acercarse al maravilloso mundo de la literatura infantil y  juvenil. Además, cabe resaltar su labor cómo autor compilador e investigador sobre la vida y obra del Maestro Javier Villafañe y su precioso mundo de títeres.

 

SUSANA RENÉE ITZCOVICH (ARGENTINA) profesora, escritora, e investigadora, egresada de la Universidad Nacional de la Plata. Se ha especializado en literatura para niños y jóvenes. Ha concurrido a congresos,  seminarios y jornadas sobre literatura infantil y juvenil tanto en Argentina cómo en el exterior. Ha dirigido y dirige colecciones en diferentes editoriales, hoy en día conduce la colección Relectura de Lugares editorial, una colección destinada a la teoría de la literatura infantil y juvenil. Dentro de su compromiso con las letras y las infancias fue cofundadora de ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil Argentina sección nacional del IBBY INTERNACIONAL, ejerciendo la presidencia de ALIJA desde el año 2004 al 2008. Recibió varias distinciones y premios, entre ellos,  el Premio Pregonero de honor el Premio Alicia Moreau de Justo y el Premio Al Maestro con cariño por su labor y trayectoria periodística. Entre sus libros se pueden citar: 20 años no es nada, Cuentos para leer y contar, Cuentos sin palabras y Pisa pisuela color de ciruela entre otros.

CARLOS SILVEYRA (ARGENTINA), profesor y psicólogo social siempre desarrollando actividades y tareas vinculadas con los niños, la comunicación y la literatura.

Con una amplia experiencia como tallerista en el Plan Nacional de Lectura “Leer es crecer”,  autor del capítulo dedicado a literatura infantil diseño curricular para los niveles inicial y primario. Fue director de las revistas infantiles Billiken y AZ10. Fue coordinador del plan Nacional de lectura del Ministerio de Educación de la Nación colaborador permanente de los suplementos culturales de los diarios Clarín y La Nación y de la Revista Genios. Como editor coordinó la serie El Trébol azul y dirigió colecciones destinadas a niños y jóvenes y fue director de la editorial A Z entre otras. Su labor fue premiado en nuestro país,  Venezuela por el BANCO DEL LIBRO, y en Alemania.  Recibió además los Premios Pregonero y el Premio Fantasía entre otros.

MARCELO BIANCHI BUSTOS: (ARGENTINA) docente, investigador, escritor, con una trayectoria que nos muestra su compromiso con la literatura infantil y juvenil. Miembro de la Academia Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, desde donde impulsa junto con sus colegas la capacitación, la investigación, la búsqueda de las raíces de nuestra literatura argentina y latinoamericana. Participa activamente de congresos, encuentors, jorandas tanto en el país como en el extranjero. Ha recibido varios premios y distinciones en el área de la literatura infantil y juvenil. Un gran colaborador y difusor de la lectura en su animación y promoción.

BIBLIOTECARIA. MARIANELA LÓPEZ: por su constante labor en unir su pasión por la lectura y su labor como animadora cultural del libro,  por su formación constante qué le ha permitido convertirse en bibliotecaria escolar y desde allí ser referente para la comunidad escolar y desde las redes sociales en un faro para la mayoría de los actores del mundo de la literatura infantil y juvenil.

Porque ha demostrado con sus actividades un trabajo de excelencia en el servicio hacia el lector seleccionando,  promocionando y compartiendo el tesoro de su biblioteca escolar y el de su conocimiento y acerbo cultural.



BIBLIOTECA POPULAR ALEJO IGLESIAS
,  de la localidad de Villa Elisa de la Provincia de Buenos Aires. Está institución tiene una trayectoria no solo por cumplir con las premisas de todos centro documental al dar acceso a su comunidad a la información,  a la lectura y a la cultura sino hacer de la biblioteca popular un centro comunitario de promoción y animación de la lectura para todos; remarcando su compromiso con las instituciones educativas, poniendo todas las potencias institucionales a favor de los lectores y así hacer que  los libros sean verdaderos constructores de ciudadanía y derechos.

La Biblioteca Popular Alejo Iglesias es un espacio cultural en la cual, sus actividades de extensión cultural crean puentes de solidaridad y acceso a los beneficios educativos y culturales para todos.


NARRACIÓN:  ALEJANDRA DEL BUENO, por su talento puesto a favor de la palabra que comunica y se comparte, creando puentes en el mundo del libro y la escritura que se narra y el oyente. Por ser una profesional de la narración que nos invita con sus espectáculos a viajar por el mundo de la imaginación y las palabras; por llevar las artes narrativas a todos los espacios que abren sus puertas a la comunicación. Porque su labor la disfrutan todos, desde los niños hasta los adultos, haciendo de la narración una verdadera fiesta de las palabras.

ILUSTRACIÓN: MARÍA VERÓNICA RAMÍREZ: por ser un artista con una excelente trayectoria y por su compromiso artístico social. Porque sus viñetas y sus ilustraciones como así también sus personajes invitan a la reflexión, reflejando los gozos y las sombras qué los hombres y mujeres jóvenes y niños vivimos diariamente. Porque con su personaje popular “MONSTRIÑA” ha ganado un espacio en el corazón y  en el alma de la familia Argentina. Por ser puente entre la sociedad y las ilustraciones,  por acompañar a la palabra con una verdadera genialidad creativa.

INSTITUCIONAL: A LA SALA INFANTIL de la BIBLIOTECA ESCOLAR FELISA LISASOLA de la localidad de Salto en la República Oriental del Uruguay por su labor en la difusión y promoción de la literatura infantil y juvenil que alimenta a toda la comunidad de Salto y que gracias a las redes sociales es compartida en toda América Latina y el Caribe.
Por promocionar la literatura infantil y juvenil de calidad a través de actividades de participación masiva por abrir canales de comunicación a través de las redes sociales qué permiten a los lectores intercambios y crecimiento intelectual y artístico.Por haberse convertido en una Institución referente de la LIJ para todo el territorio de nuestra América.

 

TEATRO INFANTIL: espectáculo “VIVITOS Y COLEANDO” se trata de una adaptación de la obra de Hugo Midón un maestro que dio al teatro verdadera vuelta de tuerca junto al maestro Carlos Gianni formando una dupla creativa sin parangón creadores de obras como la que nos convoca de alta calidad y que forman parte del cancionero popular infantil. Esta obra “Vivitos y coleando” es una adaptación de la saga Vivitos y coleando y Locos recuerdos con  actuación y dirección del maestro Carlos March obra que ha vuelto a enaltecer a los escenarios de la ciudad de Buenos Aires que como todo producto de alta calidad y compromiso estético ha tenido una respuesta positiva del menudo público infantil y sus acompañantes los adultos.

PROGRAMA DE RADIO “LETRAS INQUIETAS”dedicado a la literatura infantil y juvenil con la conducción de  Fabiana Margolis y  Gloria Candioti que se puede disfrutar todos los  Viernes de 19 a 20 horas un programa con dos referentes de alta calidad profesional en una emisora “La desterrada” dedicada a nuestra cultura. En este programa entraremos al mundo de la LIJ por la puerta grande, nos encontraremos con las últimas novedades editoriales, hermosos y jugosos reportajes a escritores,  ilustradores, narradores y mediadores en general Cómo así también comentarios y críticas literarias y muchas veces con la presencia en vivo de narradores y los hacedores de nuestra LIJ.

LIBRO DEL AÑO 2020 “ENTRE LAS HOJAS QUE CANTAN”, el año 2020 fue no sólo el “año de la pandemia”, fue además,  un año especial en el mundo de la LIJ, la comunidad nacional en especial el mundo maravilloso de la educación, de las bibliotecas, y de la literatura, festejó y recordó los 90 años del nacimiento de nuestra juglar María Elena Walsh, y entre las muchas herramientas que los mediadores: bibliotecarios, narradores, docentes y padres tuvimos a mano fue el libro exquisito de las autoras Mercedes Monti y Adriana Rivas con las exquisitas ilustraciones de Josefina Schargorodsky que permitieron que los niños y adultos hiciéramos un acercamiento cálido a la vida y obra de la gran Maestra de la literatura infantil y juvenil. Durante todo el 2020 la Biblioteca Popular Madre Teresa de Virrey del Pino (en forma virtual),  llevó adelante festejos por los 90 años de María Elena con el Programa “La Matanza canta y narra a María Elena”.

 “Entre las hojas que cantan”,  no solo es una biografía al alcance de los nuevos lectores y las nuevas generaciones sino es un verdadero espacio de encuentro con la Hacedora que nos habla desde la infancia a toda la comunidad, a la niñez, a la juventud y a los adultos, este libro es un verdadero homenaje a María Elena Walsh, una María Elena que como dice Alicia Origgi. “dio  vuelta la literatura argentina dedicada a las infancias…” Y qué sigue a través de su obra vigente y activa,  atravesando la vida cultural de los argentinos y de todo un continente. 

 

La literatura infantil y Juvenil y los Derechos Humanos:

“UN HOGAR DIFERENTE” 2021 (COLOMBIA) del escritor Santiago Briceño un libro que nos habla de la migración forzada qué ocurre en Colombia Y qué afecta a cientos de miles de personas qué deben emprender no por voluntad propia sino forzado por la realidad de la guerra interna, “La Niña Grillo dejó su hogar en el páramo y ahora debe encontrar su lugar en una ciudad donde ella es minúscula. Por suerte para ella, no estará sóla….”. Santiago Briceño muestra la guerra intestina que sufre Colombia y qué hace mella en las familias campesinas y en especial en los niños…, que deben emprender el camino del exilio interno o externo.

“SIEMPRE NOS ESTAMOS YENDO” 2021 (ARGENTINA) de la escritora Verónica Suckazer dicen las críticas: “es una novela realista qué habla sobre los muros, las separaciones el dolor de irse y dejar lo que conoces…”

Verónica Suckazer construye un relato cuyo trasfondo es la memoria y la búsqueda de identidad, aborda un tema poco frecuente en la literatura infantil y juvenil y que en los últimos tiempos se ha exacerbado. El  libro nos muestra a hombres y mujeres que son empujados por tragedias que los superan, pues son situaciones nacionales regionales.
Zimia el personaje central una niña junto a sus hermanos y a otros niños deben hacerse cargo de su propio destino el abandono es el empuje en el recorrido hacia un nuevo mundo hacia otra realidad, todo esto rodeado por el miedo y por no saber qué les deparará el destino. 

 

 

Sin otro tema de abordar siendo las 20 horas del día 22 de octubre del año2021 en la localidad de Virrey del Pino La Matanza Provincia de Buenos Aires Argentina se da por finalizada la reunión de comisión directiva sobre el Premio Nacional y Latinoamericano de literatura infantil y juvenil La Hormiguita Viajera edición 2021 quedando cerrada definitivamente esta reunión no pudiendo realizarse ningún cambio en las decisiones tomadas autorizando a los miembros de la Biblioteca Popular Madre Teresa de la localidad de Virrey del Pino, dar aviso a los ganadores por todos los medios gráficos, radiales,  digitales y redes sociales, como por correo postal y comunicación telefónica para que se Sábado 11 de diciembre corriente año, 2021 a partir de las 19:30 horas donde se llevará a cabo la premiación en la sede de la Biblioteca Popular Madre Teresa de Virrey del Pino.

 

COMISION DIRECTIVA

BIBLIOTECA POPULAR MADRE TERESA

VIRREY DEL PINO LA MATANZA

PROVINCIA DE BUENOS AIRES – ARGENTINA

https://hormiguerolector.blogspot.com/

                                                       

https://www.facebook.com/BIBPOPMADRETERESA

 

https://www.facebook.com/premio.lahormiguitaviajera

sábado, 9 de octubre de 2021

Libros que marcan caminos. (La importancia del mediador)

 

Libros que marcan caminos.



por María Cristina Alonso

(Las fotos de Ezequiel)  *







La abuela de un ex alumno, biólogo y recién instalado en Viena llama a mi puerta blandiendo un pequeño álbum de fotografías, de esos que dan en las casa de revelado. Al principio no entiendo qué es lo que me trae pero me habla de su nieto y antiguo alumno mío en el Colegio Nacional de Bragado del que está orgullosa como lo estamos muchos argentinos porque es uno de los científicos que consiguieron desentrañar el mecanismo que opera en el reloj biológico de plantas e insectos. Un joven científico que ha dado que hablar en el mundo y que ahora está en Viena con una beca para seguir sus investigaciones.

La mujer me dice que Ezequiel, su nieto, quería participarme de una experiencia que había vivido hacía un par de años, que siempre había pensado escribirme pero en un viaje relámpago a su pueblo, me dejaba el testimonio gráfico porque como buen científico, sabía que yo no necesitaba palabras para entender.

La abuela me sigue contando de su nieto que hace poco se ha casado, que ha viajado a Viena con la esposa y la gata y mientras tanto, sigue blandiendo ante mis ojos el álbum cuyas fotos aun no he podido ver. Al fin las deposita en mis manos y yo las voy pasando: la conocida entrada al campo con la leyenda “El trabajo hace libres”, con las letras recortadas en hierro, los barrancones , las alambradas con su púas sobre un cielo sembrado de nubes, la cámara de gas, las torres de vigilancia. En unas pocas fotografías se despliega el horror de Auschwitz y, con apenas una mirada interpreto el mensaje de mi ex alumno que en alguna mañana de su escuela secundaria leyó conmigo el Diario de Ana Frank y hablamos de la Shoá, de los campos de concentración de la Alemania nazi, acaso de los campos de la dictadura cívico militar argentina.
Acostumbrado a desentrañar los misterios de animales y plantas, este doctor en biología molecular no pudo comprender –como nadie puede hacerlo- el horror del nazismo. Se lo ve en una de las fotos con los ojos enrojecidos, a punto de llorar. Su abuela me cuenta que había sido tal el impacto de la visita a ese centro de muerte que jamás podría volver a pisarlo.

Sin duda, las palabras de Ana Frank, escritas en el escondite y leídas muchas décadas después en la clase de Literatura de una escuela pública quedaron grabadas en la memoria y en el corazón de aquel adolescente que muchos años después, ya convertido en un científico reconocido, encaminaron sus pasos a ese museo de la memoria. Ana escribió en las primeras páginas que “el papel es más paciente que los hombres”. Los libros que se leen en la juventud van sedimentado en el interior de ciertos hombres y marcan caminos.

Cuando se fue la abuela de Ezequiel desplegué las fotos sobre la mesa de la cocina. No necesité palabras para componer el mensaje que mi antiguo alumno me enviaba a través del tiempo y la distancia. Un profesor sabe que un libro recorre derroteros indescifrables, que viaja con la gente, que crece con ella y que un día despierta ante los ojos del hombre de treinta años que lo evoca mientras camina por los senderos de Auschwitz, cerca de la ciudad polaca de Oswiecim, junto con otros turistas, ante los ojos de ese adolescente que seguía la lectura del diario de Ana, sentado en la primera fila, una mañana de hace una década, en mi clase de Literatura.

(Ezequiel Petrillo es doctor en Biología Molecular por la Universidad de Buenos Aires y uno de los investigadores que consiguieron desentrañar el mecanismo que opera en el reloj biológico de plantas e insectos)

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