Entrevista a Silvina Rodríguez de la Librería "Tierra de lectores"
Continuamos con el recorrido por los diferentes caminos que nos llevan al encuentro de la LIJ, y uno de estos caminos tiene como destino el palpitar de las LIBRERÍAS, en este caso visitamos la LIBRERÍA "TIERRA DE LIBROS", una organización de puertas a adentro, que gracias al compromiso de su Hacedora Silvina Rodriguez, sale a recorrer instituciones educativas, sociales y culturales llevando la carga maravillosa de libros, propuestas lectoras, ferias del libro y muchas cosas más... Una librería muy particular. que además, organiza veladas, presentaciones de libros en un cálido "Living", que alimenta las ansias de lectura de la zona norte del conurbano.
¿Cómo
nació Librería TIERRA DE LIBROS? ¿Cómo decidió apostar por una librería de este
tipo? Cuéntenos la historia.
En
realidad empezamos con una amiga con la idea de una librería de nicho, no
sabíamos bien si infantil o no, allá por fines del 2003. En abril de 2004
surgió la oportunidad de poner una especie de rincón en una pulpería para
turistas y así arrancó “Hojas gauchas”, en Entre Ríos y Garay en CABA. Nos
especializábamos en libros para el turismo que nos visitaba, con material
bilingüe, incluída Mafalda…
Este
proyecto no prosperó y buscando un local en Zona Norte que era donde ambas
vivíamos ya para fines de 2004, apareció un local “doble piso” muy cerca de la
estación de Acassuso. Ahí decidimos armar una librería genérica con bastante
énfasis en lo infantil y juvenil, así que el 22 de diciembre estrenamos “Tierra
de Libros”, con la idea ya en el inicio de ofrecer actividades culturales para
todas las edades en el primer nivel, lo cual sostuvimos durante los seis años
en que estuvimos ahí.
¿Cuál es
el fondo con el que trabajás, referido a cantidades? ¿Qué temáticas manejás a
la hora de elegir comprar y de vender libros?
En
general, el material que tengo consignado es del que más stock manejo, cuando
hago compras es algo puntual que me piden o me interesa tener, ya sea porque
daremos un taller sobre el autor o nos visitará o tenemos un evento temático en
el Living y se hace necesario tener varios ejemplares. Trabajo con ficción
preferentemente de autores argentinos o de habla hispana (todos los géneros,
narrativa, poesía o teatro), no me gustan mucho las traducciones pero
obviamente busco las que me parece que hacen menos ruido a nuestra oreja
rioplatense.
Como
también hago ferias para escuelas, tengo una gran variedad tanto de temática
como de editoriales, prefiero las independientes y pequeñas a los grandes
monstruos, siempre elijo lo que a mí me conmueve.
¿Qué haces
con los fondos usados que tras un largo período de tiempo no han tenido salida
en el mercado?
En
algunos casos tratamos de venderlos por alguna plataforma tipo Mercado Libre,
resignando algo de margen, en otros donamos a una ONG de promoción de lectura
con la que trabajamos hace más de diez años, muchos libros aun cuando no tienen
salida, tienen un lugar en las estanterías, nunca se sabe cuándo puede aparecer
el lector indicado.
¿Qué
público sueles tener en la librería? ¿Qué es la cosa más rara que te han pedido
como librero? ¿Cuál es el libro al que más cariño le tomaste y que siempre le
estas recomendando a tus lectores/compradores?
Nuestro
público es ciertamente variopinto, pero tal vez haya dos franjas etarias: los
de menos de doce y los de más de sesenta y cinco, los que más consumen. En
quince años en este métier creo que lo más raro que me pasa en temporada de
textos es cuando un cliente desesperado por no encontrar el libro que le piden
a su hijo me reclama: “Es uno azul, con una franja, el de Sociales”. Sin más
datos. Difícil búsqueda.
Complicado
elegir uno, le tengo mucho cariño a muchos, suelo recomendar lo que leo, que
suele ser mucho, de un mismo autor, por ejemplo María Rosa Lojo y María Teresa
Andruetto.
¿Cómo ves
el futuro de las librerías? ¿Sigue siendo la profesión de librero/a
imprescindible? ¿Qué aprende el librero de los lectores? Y según tu experiencia
¿Qué debe darles?
En estos
quince años vi una transformación del espacio, de hecho me rearmé una librería
“puertas adentro” en el living de casa, algo que en 2004 era casi una utopía.
Creo que la cuestión de poder asesorar, recomendar, tener conocimientos del
material son condiciones que hacen que los lectores nos busquen. También es
cierto que las mejores recomendaciones que he recibido ha sido de clientes muy
lectores, recuerdo una mamá del Colegio Franco Argentino que me hizo conocer a
Amélie Nothombe y me prestó (en francés) la primera novela que leí de ella. Es
ida y vuelta. Para mí es muy importante conocer a la gente, saber qué les gusta
y recordar lo que se llevaron antes.
¿Qué crees
que tiene un librero que no tiene un bibliotecario?
Considero
que son actividades diferentes, los bibliotecarios que conozco y con los que
trabajo hace años son excelentes lectores, conocedores del material que tienen
y muchas veces ávidos de conocer más, pero están dedicados también a mantener
el material en orden, administrar los préstamos, en algunos aspectos es una
tarea más técnica, aun cuando algunos son excelentes promotores de lectura.
Para mi
ser librero es una parte constitutiva, esencial. Pienso y se me vienen siempre
referencias, citas, autores. A veces estoy en la librería de otro y ya me estoy
por poner a recomendar, o veo que no sabén cómo buscar los libros y yo ya lo
estoy viendo, por editorial, por orden alfabético, una especie de archivo
mental que ejercito todo el tiempo.
Por
supuesto, el tema comercial no es menor, los bibliotecarios no están pensando
en precios o ventas cuando recomiendan, el librero tiene que tener en cuenta
qué puede pasar con el bolsillo de quien viene a comprar.
¿Son las
bibliotecas buenos clientes para las librerías o por el contrario deberían
interesarse aún más, ya que en ellas pueden encontrar algunos títulos no
disponibles en su fondo bibliográfico?
En
general las bibliotecas pueden ser muy buenos clientes para las librerías, es
importante que renueven el material que tienen al menos una vez por año, en las
ferias nuestro acuerdo es ese, un porcentaje de lo que se vende vuelve a ellos
en libros que eligen de entre los que están disponibles y es una muy buena
oportunidad para obtener libros de reciente aparición.
Estamos
viviendo momento de crisis y según muchos, una persecución a la cultura. ¿Cómo
la ves desde tu posición de librero y cómo crees que se podría ayudar al mundo
cultural? ¿Cree que la crisis le ha afectado del mismo modo a las librerías,
que al mundo editorial?
Estamos
viviendo un momento de crisis, y son tiempos difíciles. Desde mi librería tratamos
de dar opciones a la gente, en cuanto a precio sobre todo, sin desmerecer la
calidad (ediciones de bolsillo, libros de tapa blanda en vez de dura,
nacionales en vez de importados), sobre todo cuando vienen a elegir para
regalos. Tratamos de dar opciones. Seguir con las actividades. Las librerías
son el último eslabón de la cadena y posiblemente el más débil, las editoriales
chicas que no están sobredimensionadas y están muy encima de las ventas creo
que tienen más posibilidades de mantenerse. El tema de los costos es una
variable muy importante y si hay que pagar un alquiler realmente se hace cuesta
arriba. Siempre espero que la situación mejore y que en algún momento las cosas
se estabilicen.
Muchas
gracias, por compartir con nuestros
lectores tu experiencia e impresiones. Un saludo y ¡mucha suerte con TIERRA DE
LIBROS…!!!
El living de Olivos es un Paraíso para los amantes, no solo de la lectura, sino de distintas manifestaciones artísticas como el teatro, la narración y el canto. Su anfitriona, Silvina Rodríguez, le da la calidez necesaria para que, quien conoce el lugar, quede prendado, lo recomiende y quiera volver una y otra vez.
ResponderBorrarEl living de Olivos es un lugar mágico, donde se dan cita todas las expresiones del arte, gracias a la infatigable y apasionada gestora de esto. Gracias Silvina por abrir este espacio de cultura en zona norte. Y como dice Margolit, ir es querer volver
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