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lunes, 4 de noviembre de 2019

Entrevista al escritor MARIO ESCOBAR CASTEX


  Hoy nos hemos concentrado en nuestros propios senderos, hemos caminado por los caminos que nos han permitido ser un Hormiguero, nos atrevimos a esta charla con un Hacedor de las Letras que nos ha acompañado en nuestro crecimiento como Hormiguero Biblioteca con sus palabras, con sus relatos, con sus versos... Hablamos de Mario Escobar Castex, nacido allá lejos..., en un pequeño pueblo de la pampa bonaerense (Moquehua, Partido de Chivilcoy). 
  
De niño aprendió el arte de ver más allá de esos horizontes infinitos, aprendió sobre el tiempo, la espera, el adiós, ese adiós marcado por el pitar de los trenes que señalaban  lejanías y aventuras. Es así que un día se subió a uno y no paró de recorrer distancias y perseguir horizontes...., primero la Gran Ciudad y luego, durante 20 años su vida de hombre de letras y tiempo en Los Angeles, Estados Unidos, luego vino la brisa fresca de la democracia y la libertad, y en los 80 vuelve a esta su Patria. Desde sus orígenes colabora con nuestra Biblioteca y comparte su palabra, su tiempo, su obra con todos los lectores. Nos une, una gran amistad y un agradecimiento profundo...









—¿Por qué se te ocurrió ser escritor?

      Porque así se dio, no mas. Desde la primaria escribía poemas y pequeñas historias que luego rompía u ocultaba.

—¿Se puede decidir ser escritor, o se nace?

      No creo que se pueda decidir ser escritor si no se nace con esas cuotas mínimas de imaginación, fantasía y sobre todo observación necesarias para pergeñar algo que pueda interesar al otro.

—¿Cuando escribís, dejás volar siempre tu imaginación o mirás la realidad?

      Cuando escribo lo hago basado en hechos reales vividos o escuchados, pero siempre dejando volar la imaginación al máximo para hacer de ello algo que despierte interés en quien lo lee.    


—¿De qué trabajaste antes de dedicarte a ser escritor?

      De cadete en el Correo local de mi pueblo, Moquehua. Enpleado de comercio en Capital Federal. Diferentes trabajos en U.S.A en Miami y Los Angeles durante 20 años que enriquecieron mi mente con otras realidades.

—¿Cuál fue el libro que más te gustó escribir?

      Escribo poesías y cuentos cortos. De éstos, me gusto “La noche que regreso el tren”, que tuve la alegría de verlo publicado en la revista La Maga en 1995. También me gustó “Reencuentro”, imaginario encuentro de Judas y Jesús en un café de C.A.B.A.     
.
—¿Sos muy sensible, como tus personajes?

      SÍ, soy un poco y casi diría bastante sensible como mis personajes.  

—¿Qué te hizo ser así?

      Creo que nací así; la vida se encargó del resto.  


—¿Cómo ves la  en Argentina? ¿Y en Latinoamérica?

      Quisiera que en algunos aspectos volviera a ser lo que alguna vez fue: tierra de trabajo, de fe, de esperanza. Tierra sin odios ni rencores. Tierra de convivencia. Lo mismo veo y quiero para mi Latinoamérica, Continente – bebé que caminará sin tutelaje alguno cuando las armas y sus lacayos encuentren, por fin, el imaginario cementerio que les dé el definitivo adiós.  

—Si un niño o niña quiere ser escritor, ¿qué tiene que hacer?

    Ese niño o niña tiene que ESTUDIAR. Ser fantasioso, sensible, pero sobre todo ser un bue  observador; un gran observador. Y leer , leer , leer.  



—¿Crees que la literatura debe ser estremecedora, conmovedora, molesta o indomable?.  ¿Por qué?


Diría que pueden ser las cuatro, porque hay lectores y lectoras con gustos diversos. Pero me inclino por CONMOVEDORA. Porque por lo general lo conmovedor persiste desafiando al tiempo y a lo que está de moda







@ Eduardo Raúl Burattini

4 comentarios:

  1. Mario, un ser impresionante que sabe trascender por su calidez humana.

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  2. Cuanta humildad y cuanto arte. Muy interesante

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  3. Soy la hija de Héctor Zamora, me avisó Marta que habías venido a Moquehuá.
    Papi tiene 96 y se acuerda de vos.
    Si venís otra vez te esperamos.
    Mi esposo y yo escribimos también, yo más poesía.
    Saludos de mi padre

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