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jueves, 5 de agosto de 2021

Las torres de Nuremberg, el libro pionero de José Sebastián Tallón

 

 



 

por el Dr. Marcelo Bianchi Bustos

 

Profesor del Instituto Superior del Profesorado de Educación Inicial Sara C. de Eccleston – Vicepresidente de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina – Director del Departamento de Literatura Infantil y Juvenil del Instituto Literario y Cultural Hispánico

 

 

 

"Así como no cabe ser niño en dos países diferentes, es preciso haberlo sido en alguno y seguir en él, en cierto modo, siéndolo para ser poeta, pues es el poeta quien más a flor de alma tiene su infancia"

Miguel de Unamuno

 

En la historia de la Literatura Infantil Argentina hay muchos autores olvidados o desconocidos a pesar de que alguna de sus obras pueden circular oralmente. La memoria hizo que algunas creaciones literarias fueran pasando de generación en generación sin ser relatos folklóricos y que aún hoy sean cantadas o recitadas, tanto en los hogares como en los colegios.

Este es el caso de José Sebastián Tallón, el autor de Las Torres de Nuremberg, un libro que fue publicado en el año 1927 y que desde mi perspectiva es el primer libro de poemas para niños, desde una concepción moderna, de la Argentina. Si bien otros escritores ya habían creado una serie de relatos para niños y jóvenes desde comienzos del siglo XIX, fue este autor un verdadero pionero al animarse a crear una obra con características particulares que lo hace ser considerado como el primero que escribe un libro destinado a los niños. En la obra de Tallón se hacen eco las palabras del gran escritor español Miguel de Unamuno que se usaron a modo de epígrafe pues como se verá más adelante, en Las Torres crea un mundo ficcional fantástico que  tiene como destinatarios a los niños pero lo hace desde su alma plagada de los más bellos recuerdos de la infancia.

 



 

Tallón nació en Barracas en el año 1904 y murió en 1954. Fue un escritor argentino que puede ser vinculado con el grupo de Boedo al que pertenecieron otros grandes de la literatura argentina y colaboró con la revista Claridad que fue publicada entre 1926 y 1941. En toda su obra, y particularmente en ésta, se hacen presentes las descripciones y las imágenes que permiten que al leer el texto (o escucharlo por medio de la voz de otra persona), el lector se imagine lo que lee o escucha. Esto sucede cuando se está frente a una obra literaria que hace un uso estético del lenguaje, es decir que las palabras construyen imágenes que a su vez posibilitan al lector que se las imagine libremente.

En este artículo se hará referencia a la poética de Tallón en el libro mencionado pues fue su gran obra destinada a los niños. Para las referencias se han utilizado dos ediciones, la primera de ellas del año 1927 de la Editorial Monigote que publicó este libro en su Biblioteca Infantil Santa Claus, ejemplar que se encuentra en la Biblioteca Nacional de la Maestra y del Maestro, y otra sin fecha de Editorial Kapelusz, patrimonio de la Biblioteca Margarita Ravioli de ISPEI Sara C. de Eccleston.

El libro comienza con una advertencia  preliminar en la que el autor explica que lo que él llama Nuremberg no es la ciudad alemana sino otra ciudad con el mismo nombre que le fue dada a conocer cuando era niño por medio de los cuentos y en su imaginación que hacía que viera un ciudad en las nubles o en el cristal del botellón de agua. Esa advertencia preliminar y la descripción que hace de esa ciudad la ponen al mismo nivel de las descripciones literarias de Las ciudades imaginadas de Italo Calvino

Ya desde esta introducción apela a la imaginación de los niños y se mete en el mundo de la infancia.

 

“Esta que llamo Nuremberg, no es la ciudad fabulosa de Alemania, sino la otra Nuremberg que tiene, para sus torres, la primera infancia.

Es la que vino en labios de los cuentos.

Es la ciudad iluminada que mi alma niña descubrió en las nubes y en el cristal del botellón del agua.

Y todo ocurre en Nuremberg. Aquella que hasta la gota de rocío alzaba su torrecilla luminosa. Quise renovar mi niñez; y fui a buscarla en una gota en la que un día triste se me fue al suelo la ciudad enana”.

 

Esa ciudad que él va a crear en este libro permite el ingreso de los niños a un mundo en el que lo cotidiano se hace cita y en el que las cosas sencillas que le pueden llamar la a atención a un niños están presentes. No sólo por la temática sino por su estilo claro y por la extensión de cada una de las piezas que la componen es que se está frente a una obra fundacional de la Literatura Infantil de la Argentina.

Desde lo estructural el libro está formado por treinta y seis textos literarios que pertenecen a distintas tipologías (adivinanzas, canciones, romancillos, pequeños cuentos versificados) y se encuentra ordenado en cuatro partes: Las torres de Nuremberg, Juguetes, Una vez había un tesoro y Otros cuentos.

En su libro hay muchos poemas y cuentos, pero tal vez el más conocido y que forma parte - más allá del tiempo - del repertorio de muchos docentes es EL SAPITO GLO GLO GLO:


Nadie sabe dónde vive.
Nadie en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos
al sapito: glo... glo... glo...
¿Vivirá en la chimenea?
¿Dónde diablos se escondió?
¿Dónde canta cuando llueve
el sapito Glo Glo Glo?
¿Vive acaso en la azotea?
¿Se ha metido en un rincón?
¿Está abajo de la cama?
¿Vive oculto en una flor?
Nadie sabe dónde vive-
Nadie en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos
al sapito: glo... glo... Glo...




 

Llena de musicalidad y de ritmo, esta poesía es una invitación a jugar y a disfrutar (¿no es este en realidad al propósito de leerles un poema a los niños pequeños, tal como lo ha señalado María Elena Walsh en una célebre conferencia que brindó en un congreso de la OMEP?). ¿A quién alguna vez no le llamo la atención el canto de un sapo y lo ha buscado? Ese “nadie” con el que comienzan muchos de los versos incluye al lector y lo hace partícipe de algo cotidiano pero visto a través de la palabra de un poeta. Lo mismo sucede con el “todos escuchamos” de carácter inclusivo que aparece y que genera una conexión del lector con el texto y lo que en él se describe.

Ese mundo de los niños y del amor al juego se hace presente en otras de esas piezas literarias en las que el humor se vislumbra gracias al juego del lenguaje. Se trata de RAPA TONPO CIPI TOPO, un hermoso poema escrito en jeringozo:

 

Sipi sepe duerpe mepe

Gapa topo Lopo copo,

Rapa tonpo cipi topo

quepe sopo ropo epe.

 

Pepe ropo tanpa topo

quepe sopo ropo epe

quepe sepe duerpe mepe.

Rapa tonpo cipi topo.

 

¡Opo japa lápa quepe

Gapa topo Lopo copo

duerpe mapa máspa quepe

Rapa tonpo cipi topo!

 

El juego del lenguaje irrumpe en este poema que podría ser caracterizada como lúdico  ya que se observa un manipuleo del lenguaje poético en el que el contenido significativo (Bornemann, 1992: 38) pasa a un segundo lugar al estar escrita utilizando la jerigonza. Aquí estamos en presencia de otro texto en el que el destinatario es el niño pues él se siente maravillado por los efectos sonoros del lenguaje, por esa musicalidad y el ritmo que toma el poema.

Aparecen canciones de cuna, como por ejemplo la bellísima CANCIÓN DEL NIÑO QUE VUELA: 


El niño dormido está,
¡y qué sueño está soñando!
¿Qué sueña? Sueña que vuela.
¡Qué bien se vuela soñando!
Abre los brazos, los mueve
como un ave, y va volando...
¿Qué sueña? Que no es un sueño.
¿Qué bien se sueña volando!
En la cuna quieto está.
Pero sonríe, soñando.
¿Qué sueña? Que vuela, vuela.
¡Qué bien se vuela soñando!

 

Los juegos de palabras, los retruécanos que se hacen presentes repitiendo lexemas pero con cambios en el significado están todo el tiempo presentes en la obra. El motivo tradicional del sueño se hace presente pero esta vez para saber qué sueña un niño y ese poético final en el que se expresa la posibilidad que dan los sueños de volar.

Por momentos se evidencia en esta obra algo de angustia y en todo momento la voz de los niños para describir imágenes con una belleza exquisita. La belleza de las cosas simples está presente y en algunos momentos una cierta denuncia social ante la desigualdad. Por ejemplo hace un ELOGIO DE LA MUÑECA DE TRAPO en el que la caracteriza como la primera muñeca que existió, que es muy viejita y que es la madre de todas las muñecas. En esta poesía aparecen referencias a algunos juegos infantiles y el clásico arrorró:

 

“Y le cantamos el arrorró,

Y la mecemos en los brazos,

Y le hicimos la cuna, la cuna más pobre,

Que es también, como ella, de trapo.

 

La acostamos vestida para no despertarla,

Mientras dice la nena que ha de ir al mercado

Para comprar azúcar, y una ollita

Donde le hará bombones para su cumpleaños”.

 

En concordancia con otros escritores contemporáneos a él, como Gabriela Mistral, Germán Berdiales o Federico García Lorca, Tallón propone su propia versión de Caperucita que lamentablemente nunca es tenida en cuenta cuando se trabaja con versiones del cuento tradicional. La titula RESURRECCION DE CAPERUCITA ROJA y lo interesante es que plantea una resolución distinta, un final feliz a la conocida historia, en el que el lobo escupe luego de haberlas comido a la niña y a su abuela debido a que tomó algo tan amargo que les permitió que volvieran a la vida. El intertexto es claro y lo que llama la atención es la forma de darle un giro distinto al cuento, romper con los finales conocidos de los Grimm y de Perrault y hace algo que provoca en la niñez la risa, el humor (que es sin duda una manera excelente de acercarse a los niños). Esta es una demostración más del conocimiento que el autor tenía del mundo de los niños y de sus intereses pues el humor escatológico les resulta sumamente atractivo pero no lo hace desde un lugar desagradable sino con maravillosas y cuidadas descripciones.

Como parte de ese universo infantil sobre el que escribe y al que se dirige introduce una poesía que se llama CANCIÓN DE LAS PREGUNTAS con el que presenta una serie de cuestiones en las que pregunta como si fuera un niño porque después de todo, ¿no aman acaso los niños las preguntas? Mucho tiempo después distintos autores van a usar este mismo estilo para alguna de sus obras, como Gianni Rodari en El libro de los por qué, Oche Califa en “Su pregunta no molesta”, “Yonofuí” de Elsa Bornemann en su libro Disparatario, y muchos otros.

Si bien a lo largo de toda la obra aparecen algunos elementos vinculados con la función que tenía la literatura para niños en esa época que era de tipo didáctico – moralizante, al final hay una poesía llamada EL NUDO:

 

“Para acordarte de algo lindo

No hagas un nudo en el pañuelo,

Porque el recuerdo que así guardas

Lo has lastimado al retorcerlo.

 

Y vendrá un día, ya verás,

Que aprovechando tu silencio,

Pondrán un nudo en tu garganta

Para vengarse, los recuerdos”.

 

Como se puede ver en esta última estrofa, el uso del hipérbaton sirve para destacar colocando en último lugar a los recuerdos.

 

Un dato interesante de la primera edición

 

Como se ha dicho, la primera edición del libro es del año 1927 y posee ilustraciones de Ramón Baldomero Muñiz Lavalle que firma con el seudónimo Billiken. No son muchos los datos que se conocen de este ilustrador que nació en 1911 y murió en 1968, aunque otras fuentes difieren en las fechas señalando los años 1909 y 1969. Era descendiente de Juan Lavalle y del doctor Francisco Muñiz. El inicia su carrera colaborando en varias publicaciones argentinas como ilustrador con el seudónimo de “Billiken”, hecho que en un momento determinado la editorial Atlántida le cuestionó el uso de ese nombre pues coincidía con el de la revista pero desistieron de iniciar un juicio “al comprobarse que efectivamente, el título de su revista era posterior” al uso de ese nombre por parte de Muñiz Lavalle. Hacia la década del 30 abandona la ilustración al viajar a Oriente como corresponsal de guerra y a su regreso al país se dedicará a la carrera diplomática.

En esa primera edición se incluye un poema de Tallon en el que cuenta algo sobre el ilustrador pero desde una perspectiva poética

 





 


 

Para ir cerrando

 

Como dijo Fryda Schultz de Mantovani (1958, 268) “José Sebastián Tallón canta en Las Torres de Nuremberg a la infancia, sí; pero no a la de éste ni de aquel muchacho, ni si quiera a esa etapa de la existencia como edad cronológica, con sus apetencias y sus rechazos, sino a la infancia como categoría de la vida humana, y con ella a la infancia del alma, es decir, a su ímpetu original, a su naturaleza primigenia hecha de pura inocencia y olvido”. Tal como se ha dicho en la introducción, su obra que sigue siendo editada, muchas veces pasa inadvertida y queda dormida en las estanterías de las bibliotecas.



Él tuvo durante su corta vida muy poco reconocimiento a su labor. “Consideraba que había obtenido un solo premio: el voto de Alfonsina Storni en un concurso y la declaración que ella hiciera posteriormente consagrándolo uno de los libros más hermosos de nuestra poesía”. (Walsh)

Se trata sin dudas de un libro fundante de la literatura infantil que puede ser recuperado y disfrutado por docentes y niños. Es un libro que, desde la perspectiva de Ana María Machado, ya se ha convertido en un clásico y que ha pasado la barrera del tiempo. En él, como se ha dicho, se observa la mirada de asombro del escritor, que se preocupa por hacer ingresar al mundo de los poético aquellas cosas más sencillas, usando un lenguaje acorde y reflejando en todo momento una capacidad para mostrar los sentimientos del niño, expresándolos con total claridad en un universo poético plagado de ritmo y musicalidad.

 

Referencias bibliográficas

 

BORNEMANN, Elsa (1992) Poesía infantil, Buenos Aires: Editorial Dimar.

SCHULTZ DE MANTOVANI, Fryda (1958) Vida y Poesía de José Sebastián Tallon, Disponible en https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar:8443/bitstream/handle/11185/3856/RU038_13_A011.pdf?sequence=1&isAllowed=y

TALLÓN, José Sebastián (s/f) Las torres de Nuremberg. Versos para niños, Buenos Aires: Editorial Kapelusz.

TALLÓN, José Sebastián (1927) Las torres de Nuremberg. Versos para niños, Buenos Aires: Editorial Monigote.

WALSH, María Elena (sf) La poesía en la primera infancia, disponible en http://www.amia.org.ar/Amia/upload/download/2018/06/08/download_152847387993.pdf

 

 

 

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