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sábado, 29 de julio de 2023

Constancio C. Vigil y los animales en sus relatos y cuentos

IDEAS AL PASAR

 

Algunos animales pequeños mirados desde la óptica de Constancio C. Vigil




 

Dr. Marcelo Bianchi Bustos

Instituto Superior del Profesorado de Educación Inicial “Sara C de Eccleston” – Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino

 

A lo largo de la historia de la Literatura en general y de la Infantil en particular, los animales han estado presentes. En muchos casos son protagonistas de las historias y en otros, personajes secundarios; a veces aparecen personificados y en otras oportunidades conservan durante todo el relato o vuelven al final a recuperar su esencia animal, tal como sucede con los animales de Beatrix Potter. También los hay de base realista o totalmente fruto de la ficción. Lo cierto es que Bucéfalo de Alejandro Magno, el Rocinante de Don Quijote, los cuatro animales de los músicos de Bremen en la versión de los Hermanos Grimm, Artax - el caballo de Atreyu – que muere en el Pantano de la Tristeza, el perro de Miedo de Graciela Cabal, Melina, la gatita de La mejor luna de Bodoc, y tantos otros, han estado y están presentes en las páginas de los cuentos, les leyendas y las fábulas, solo para mencionar algunos tipos textuales.

Siempre atractivo para aquellos que nos dedicamos a estudiar su obra literaria, el cuentista americano Constancio C. Vigil en muchos de sus cuentos[i] propuso una mirada particular sobre los animales, pero no cualquiera sino los más pequeños que ya poseían una cierta presencia en el mundo de la Literatura o que habían quedado afuera. De esa forma le da lugar en sus páginas a distintos insectos.

Les propongo hacer un recorrido rápido por algunos de ellos que forman parte del universo vigiliano pero que tal vez sean desconocidos por muchos lectores. Las ilustraciones que acompañan al texto pertenecen a uno de los ilustradores de Editorial Atlántida, Federico Rivas.

·        La CIGARRA. Sobre este animalito Vigil propone una mirada distinta pues como señala, todos conocemos a una cigarra literaria producto de la fábula de Esopo que no la deja muy bien parada frente a la productividad de la hormiga que trabaja incansablemente. No es la primera vez en este texto en el que Vigil contrapone sus ideas a las fábulas o a los cuentos clásicos provenientes del folklore europeo pues ya lo hizo en otras obras como el cuento La tortuga y la liebre. Aquí la cigarra - o la chicharra como la conocemos en la Argentina - no desconoce los valores que posee la hormiga, pero destaca algunas cosas que no se saben en torno a este animalito tan particular:

“También yo trabajo. Agujereo la corteza de los árboles con mi lanceta para chupar la nutritiva savia. Y aviso con mi canto que el día es hermoso y cálido. Pero durante el invierno no padeceré miseria, no ha de faltarme ni sobrarme nada, porque …   ¡no existiré!... Antes que lleguen los primeros fríos habremos muerto todas las cigarras.

Vendrán después los hijos tan queridos, que no veremos jamás. ¡Vendrán desde las entrañas de la tierra, subirán hasta la copa de los más altos árboles, y ebrios de luz y alegría proseguirán nuestro vibrante himno al sol!” (Vigil, 1951, 115).

A partir de esta descripción de la vida que realiza la cigarra pienso en ella y en esa maravillosa música que acompañaba mis tardes en verano en mi niñez.

·        La HORMIGA. Es un animal importante en la obra de Vigil pues una hormiguita exploradora es la protagonista de uno de sus cuentos más recordados, La hormiguita viajera[ii]. En él la protagonista es nada menos que una hormiguita, muy pequeña, razón por la cual se usa el diminutivo en su denominación. Se trata de la vida de una pequeña en la que un acontecimiento irrumpe en su vida y eso la lleva a andar por el mundo, descubriendo muchas cosas y evolucionando en lo que genéricamente lo clasifico como cuento de camino. Y lo menciono de ese modo pues un camino cambia la vida de la hormiguita en un verdadero viaje de descubrimiento. En ese viaje, se va encontrando con distintos personales, muchos de ellos animales pequeños, como un alguacil, un caracol, una tortuga, abejas, un cascarudo, una langosta, un grillo negro conocido como el manchado, el doctor lagartija y una avispa. Cada uno de ellos colabora para que la pequeña vuelva finalmente a su hogar.



En el texto “La hormiga negra” de Marta y Jorge no hay una construcción como personaje literario de la hormiga, sino que su autor ofrece una descripción del trabajo que ellas realizan. Lo interesante es que en primera persona la propia hormiga nos presenta a os lectores algunas cuestiones de su vida en las que el trabajo se hace presente.



Describe como es la vida en el hormiguero que es presentado como una gran sociedad en la que cada una cumple con una misión por un bien común, y narra un hecho que vivió:

“Anoche casi pierdo la vida. Cortando la hojita blanca y jugosa de un rosal, me ilumino la linterna del verdugo. Hui aterrorizada y milagrosamente me salvé de la muerte. ¡Quién se hace comprender al jardinero que necesitamos esas hojas para el cultivo de nuestros sabrosos hongos! (Vigil, 1951, 100).

·        La ARAÑA. Se trata de un animal que tiene una presencia recurrente en la obra de Vigil pues protagoniza algunos cuentos con el nombre de Perlita. Siempre se la muestra como una gran trabajadora, tejiendo su red. “Perlita, la tejedora” es uno de los cuentos insertados – tal como lo denomino en mi tesis y publicaciones sobre la obra de Vigil – que incluye en el libro El sombrerito y también en Muñequita. Aunque pueda parecer triste la historia de este cuento es sumamente realista pues narra la historia de Perlita, una araña, que llega a una rosa y allí hace su casa, es decir su telaraña. Tenía hambre y después de un rato cae la primera presa: “No te escaparás”, se dijo Perlita, y sin perder un segundo se puso a tejer para asegurar su presa. Primeramente, le ligó las alas, y después las patas. El mosquito zumbaba, pero no podía moverse. En seguida, acercó su boca y empezó a chuparle la sangre con avidez. Cuando el mosquito quedó seco por completo y no le servía para nada lo desprendió de la tela y cayó al suelo” (Vigil, 1941, 46). Pero en la vida, todos son ciclos y las cadenas alimentarias se hacen presentes en la obra de Vigil. Finalmente, ella misma es devorada por un pájaro. “Aunque chiquita e inmóvil, fue descubierta, y, apenas descubierta, devorada…” (Vigil, 1941, 49).  

En Marta y Jorge, como sucede con el resto de los textos que hemos mencionado, no hay un cuento sino un relato en primera persona. En este caso la araña apela al receptor diciéndole “Fíjate, amiguito, fíjate en mi tela” (Vigil, 1951, 151).  Y es a este destinatario que dirige su historia en la que cuenta la importancia que posee para su vida la tela que se dedica a crear.  



También presenta a otra araña que la denomina Patas largas, una típica araña de Buenos Aires que busca establecer su vivienda en el techo de las habitaciones. Compara sus largas patas con lanzaderas con las que se mueve con gran rapidez, en especial cuando se acerca su peor enemigo que es el plumero de palo largo.

·        El MAMBORETÁ. A muchos desde niños, esta criatura nos llama la atención. Muchos la denominan Mantis religiosa y otros la llamamos, como se hacía en nuestros hogares, Tata-Dios. Narra en primera persona que muchas veces le ocurre que cuando se dispone a cazar, un gaucho a agarra con sus manos para hacerle la clásica pregunta, “Mamboretá, dónde está Dios” (Vigil, 1951, 56). Ella comenta que le sorprende siempre esa pregunta pues los hombres recurren a ella para averiguar algo que deberían saber mejor que un insecto.



·        EL GUSANO DE SEDA. Cuenta como es despreciado y considerado por muchos un miserable gusano pero que, sin embargo, sirve para hacer el tejido más precioso que existe.  



 

Como si fuera un cierre

 

Un insecto tiene mucho parecido con un hombre. Una colmena se asemeja a una nación (Vigil, 1946, 132).

Estos animales – además de otros como el cocuyo, el mosquito o la mariposa - puede parecer a primera vista que no tienen mucho para decir y mucho menos que carecen de elementos en común pero el uso de los insectos no es algo deliberado en la obra de Vigil. Por un lado, son elegidos por el atractivo que representan los animales, entre ellos los insectos, para los niños, pero, además, y tal como se pudo leer en el fragmento del epígrafe, porque nos parecemos a los insectos, aunque a veces los despreciamos.

De los cuentos y textos presentados se desprende que no es necesario poseer un gran tamaño para realizar acciones grandes e importantes pues como hemos visto, estos insectos han sido – y son - capaces de grandes proezas en su vida cotidiana. Todos, al igual que el resto de los elementos de la naturaleza, desde su lugar trabajan y cumplen una misión, tal como lo explicita Vigil en este maravilloso texto de Vida espiritual:

 

“Mira a tu alrededor, seres y cosas trabajan. El barco va de un puerto a otro, el faro ilumina durante la noche para guiar a sus semejantes, los peces atraviesan el agua en busca de alimento, el río recoge las aguas, las distribuye a su paso por donde son necesarias y arroja el sobrante al mar; el árbol absorbe con sus raíces las sustancias para su sostén y desarrollo, respira por las hojas y forma nuevas ramas, flores y frutos; el viento mueve molinos, seca la humedad excesiva de los campos, lleva semillas adonde puedan germinar, y desempeña mil tareas más

¿Cómo podrías estar sin hacer o aprender algo, sin servir para nada, condenándote a ser menos que una piedra?” (Vigil, 1943).

 

Tal vez de todos los animales presentados sintéticamente solo la hormiguita viajera fue la que vivió cosas distintas pero el resto, hacen en su vida diaria grandes obras, aunque a veces pasen desapercibidas. Con la hormiguita viajera lo atractivo es que, por un error se rompe con lo cotidiano para pasar a lo desconocido, pero ella, siendo tan pequeña va sorteando obstáculos para volver con gran esfuerzo a su lugar de partida.

En muchas de las lecturas, se hace referencia de una manera implícita a la humildad que tendrían que tener muchos soberbios y a la confianza en el destino.

En el contexto de una época - la de Vigil en la que sus libros eran leídos por miles de niños - donde prevalecía la Literatura para Niños formadora de valores, cada animal es presentado cumpliendo una misión y como parte de un plan para que los niños los imiten en su vida cotidiana.

 

Referencias bibliográficas

Vigil, C. (1941) Muñequita, Buenos Aires: Atlántida

Vigil, C. (1943) Vida espiritual. Tomo II, Buenos Aires: Atlántida.

Vigil, C. (1946). El erial. Buenos Aires: Atlántida.

Vigil, C. (1951). Marta y Jorge. Buenos Aires: Atlántida.

 



[i] Pueden leerse algunos conceptos sobre la obra de Constancio C. Vigil en Bianchi Bustos, M. E. (2020). Constancio C. Vigil, el formador de lectores. Un recorrido por su obra literaria, en Revista Persona de la Universidad Católica de La Plata. Disponible en file:///C:/Users/Bianchi/Downloads/180-Texto%20del%20escrito-639-1-10-20210911.pdf

[ii] Se recomienda la lectura del artículo de Alonso, M. C. (2019), La verdadera historia de La hormiguita viajera, en este blog, disponible en https://hormiguerolector.blogspot.com/2019/10/la-verdadera-historia-de-la-hormiguita.html


3 comentarios:

  1. Maravillosa mirada que rescata ese modo las letras de C.C. Vigil en la descripción de animales y refleja otros tiempos. Gracias querido profesor.

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  2. Me encantó leer este posteo, la recuperación de un texto tan nuestro, que forma parte de nuestra infancia, y toda la interpretación que hiciste. También me deleité con las ilustraciones de la hormiguita. Gracias.

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