IDEAS AL PASAR
Algunos animales pequeños mirados
desde la óptica de Constancio C. Vigil
Dr. Marcelo Bianchi Bustos
Instituto Superior del Profesorado de Educación Inicial “Sara
C de Eccleston” – Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino
A
lo largo de la historia de la Literatura en general y de la Infantil en
particular, los animales han estado presentes. En muchos casos son
protagonistas de las historias y en otros, personajes secundarios; a veces aparecen
personificados y en otras oportunidades conservan durante todo el relato o
vuelven al final a recuperar su esencia animal, tal como sucede con los
animales de Beatrix Potter. También los hay de base realista o totalmente fruto
de la ficción. Lo cierto es que Bucéfalo de Alejandro Magno, el Rocinante de
Don Quijote, los cuatro animales de los músicos de Bremen en la versión de los
Hermanos Grimm, Artax - el caballo de Atreyu – que muere en el Pantano de la
Tristeza, el perro de Miedo de
Graciela Cabal, Melina, la gatita de La
mejor luna de Bodoc, y tantos otros, han estado y están presentes en las
páginas de los cuentos, les leyendas y las fábulas, solo para mencionar algunos
tipos textuales.
Siempre
atractivo para aquellos que nos dedicamos a estudiar su obra literaria, el
cuentista americano Constancio C. Vigil
en muchos de sus cuentos[i] propuso una mirada
particular sobre los animales, pero no cualquiera sino los más pequeños que ya
poseían una cierta presencia en el mundo de la Literatura o que habían quedado
afuera. De esa forma le da lugar en sus páginas a distintos insectos.
Les
propongo hacer un recorrido rápido por algunos de ellos que forman parte del
universo vigiliano pero que tal vez sean desconocidos por muchos lectores. Las
ilustraciones que acompañan al texto pertenecen a uno de los ilustradores de
Editorial Atlántida, Federico Rivas.
·
La CIGARRA. Sobre este animalito Vigil
propone una mirada distinta pues como señala, todos conocemos a una cigarra
literaria producto de la fábula de Esopo que no la deja muy bien parada frente
a la productividad de la hormiga que trabaja incansablemente. No es la primera
vez en este texto en el que Vigil contrapone sus ideas a las fábulas o a los
cuentos clásicos provenientes del folklore europeo pues ya lo hizo en otras
obras como el cuento La tortuga y la
liebre. Aquí la cigarra - o la chicharra como la conocemos en la Argentina
- no desconoce los valores que posee la hormiga, pero destaca algunas cosas que
no se saben en torno a este animalito tan particular:
“También
yo trabajo. Agujereo la corteza de los árboles con mi lanceta para chupar la
nutritiva savia. Y aviso con mi canto que el día es hermoso y cálido. Pero
durante el invierno no padeceré miseria, no ha de faltarme ni sobrarme nada,
porque … ¡no existiré!... Antes que lleguen los
primeros fríos habremos muerto todas las cigarras.
Vendrán
después los hijos tan queridos, que no veremos jamás. ¡Vendrán desde las
entrañas de la tierra, subirán hasta la copa de los más altos árboles, y ebrios
de luz y alegría proseguirán nuestro vibrante himno al sol!” (Vigil, 1951, 115).
A partir de esta descripción de la vida que realiza la
cigarra pienso en ella y en esa maravillosa música que acompañaba mis tardes en
verano en mi niñez.
·
La HORMIGA. Es un animal importante en la
obra de Vigil pues una hormiguita exploradora es la protagonista de uno de sus
cuentos más recordados, La hormiguita
viajera[ii].
En él la protagonista es nada menos que una hormiguita, muy pequeña, razón por
la cual se usa el diminutivo en su denominación. Se trata de la vida de una
pequeña en la que un acontecimiento irrumpe en su vida y eso la lleva a andar
por el mundo, descubriendo muchas cosas y evolucionando en lo que genéricamente
lo clasifico como cuento de camino. Y lo menciono de ese modo pues un camino
cambia la vida de la hormiguita en un verdadero viaje de descubrimiento. En ese
viaje, se va encontrando con distintos personales, muchos de ellos animales
pequeños, como un alguacil, un caracol, una tortuga, abejas, un cascarudo, una
langosta, un grillo negro conocido como el manchado, el doctor lagartija y una
avispa. Cada uno de ellos colabora para que la pequeña vuelva finalmente a su
hogar.
En el texto “La hormiga negra” de Marta y Jorge no hay una construcción como personaje literario de
la hormiga, sino que su autor ofrece una descripción del trabajo que ellas
realizan. Lo interesante es que en primera persona la propia hormiga nos
presenta a os lectores algunas cuestiones de su vida en las que el trabajo se
hace presente.
Describe como es la vida en el hormiguero que es
presentado como una gran sociedad en la que cada una cumple con una misión por
un bien común, y narra un hecho que vivió:
“Anoche
casi pierdo la vida. Cortando la hojita blanca y jugosa de un rosal, me ilumino
la linterna del verdugo. Hui aterrorizada y milagrosamente me salvé de la
muerte. ¡Quién se hace comprender al jardinero que necesitamos esas hojas para
el cultivo de nuestros sabrosos hongos!” (Vigil,
1951, 100).
·
La ARAÑA. Se trata de un animal que tiene
una presencia recurrente en la obra de Vigil pues protagoniza algunos cuentos
con el nombre de Perlita. Siempre se la muestra como una gran trabajadora,
tejiendo su red. “Perlita, la tejedora” es uno de los cuentos insertados – tal
como lo denomino en mi tesis y publicaciones sobre la obra de Vigil – que
incluye en el libro El sombrerito y
también en Muñequita. Aunque pueda
parecer triste la historia de este cuento es sumamente realista pues narra la
historia de Perlita, una araña, que llega a una rosa y allí hace su casa, es
decir su telaraña. Tenía hambre y después de un rato cae la primera presa: “No te escaparás”, se dijo Perlita, y
sin perder un segundo se puso a tejer para asegurar su presa. Primeramente, le
ligó las alas, y después las patas. El mosquito zumbaba, pero no podía moverse.
En seguida, acercó su boca y empezó a chuparle la sangre con avidez. Cuando el
mosquito quedó seco por completo y no le servía para nada lo desprendió de la
tela y cayó al suelo” (Vigil, 1941, 46). Pero en la vida, todos son ciclos y
las cadenas alimentarias se hacen presentes en la obra de Vigil. Finalmente,
ella misma es devorada por un pájaro. “Aunque
chiquita e inmóvil, fue descubierta, y, apenas descubierta, devorada…”
(Vigil, 1941, 49).
En Marta y Jorge,
como sucede con el resto de los textos que hemos mencionado, no hay un cuento
sino un relato en primera persona. En este caso la araña apela al receptor
diciéndole “Fíjate, amiguito, fíjate en mi tela” (Vigil, 1951, 151). Y es a este destinatario que dirige su
historia en la que cuenta la importancia que posee para su vida la tela que se
dedica a crear.
También presenta a otra araña que la denomina Patas
largas, una típica araña de Buenos Aires que busca establecer su vivienda en el
techo de las habitaciones. Compara sus largas patas con lanzaderas con las que
se mueve con gran rapidez, en especial cuando se acerca su peor enemigo que es
el plumero de palo largo.
·
El MAMBORETÁ. A muchos desde niños, esta
criatura nos llama la atención. Muchos la denominan Mantis religiosa y otros la
llamamos, como se hacía en nuestros hogares, Tata-Dios. Narra en primera
persona que muchas veces le ocurre que cuando se dispone a cazar, un gaucho a
agarra con sus manos para hacerle la clásica pregunta, “Mamboretá, dónde está
Dios” (Vigil, 1951, 56). Ella comenta que le sorprende siempre esa pregunta
pues los hombres recurren a ella para averiguar algo que deberían saber mejor
que un insecto.
·
EL GUSANO DE SEDA. Cuenta como es despreciado
y considerado por muchos un miserable gusano pero que, sin embargo, sirve para
hacer el tejido más precioso que existe.
Como si fuera un cierre
Un
insecto tiene mucho parecido con un hombre. Una colmena se asemeja a una nación (Vigil, 1946, 132).
Estos
animales – además de otros como el cocuyo, el mosquito o la mariposa - puede
parecer a primera vista que no tienen mucho para decir y mucho menos que
carecen de elementos en común pero el uso de los insectos no es algo deliberado
en la obra de Vigil. Por un lado, son elegidos por el atractivo que representan
los animales, entre ellos los insectos, para los niños, pero, además, y tal
como se pudo leer en el fragmento del epígrafe, porque nos parecemos a los
insectos, aunque a veces los despreciamos.
De
los cuentos y textos presentados se desprende que no es necesario poseer un
gran tamaño para realizar acciones grandes e importantes pues como hemos visto,
estos insectos han sido – y son - capaces de grandes proezas en su vida
cotidiana. Todos, al igual que el resto de los elementos de la naturaleza, desde
su lugar trabajan y cumplen una misión, tal como lo explicita Vigil en este
maravilloso texto de Vida espiritual:
“Mira a tu alrededor, seres y cosas
trabajan. El barco va de un puerto a otro, el faro ilumina durante la noche
para guiar a sus semejantes, los peces atraviesan el agua en busca de alimento,
el río recoge las aguas, las distribuye a su paso por donde son necesarias y
arroja el sobrante al mar; el árbol absorbe con sus raíces las sustancias para
su sostén y desarrollo, respira por las hojas y forma nuevas ramas, flores y
frutos; el viento mueve molinos, seca la humedad excesiva de los campos, lleva
semillas adonde puedan germinar, y desempeña mil tareas más
¿Cómo podrías estar sin hacer o
aprender algo, sin servir para nada, condenándote a ser menos que una piedra?” (Vigil, 1943).
Tal
vez de todos los animales presentados sintéticamente solo la hormiguita viajera
fue la que vivió cosas distintas pero el resto, hacen en su vida diaria grandes
obras, aunque a veces pasen desapercibidas. Con la hormiguita viajera lo
atractivo es que, por un error se rompe con lo cotidiano para pasar a lo
desconocido, pero ella, siendo tan pequeña va sorteando obstáculos para volver
con gran esfuerzo a su lugar de partida.
En
muchas de las lecturas, se hace referencia de una manera implícita a la
humildad que tendrían que tener muchos soberbios y a la confianza en el destino.
En
el contexto de una época - la de Vigil en la que sus libros eran leídos por
miles de niños - donde prevalecía la Literatura para Niños formadora de
valores, cada animal es presentado cumpliendo una misión y como parte de un
plan para que los niños los imiten en su vida cotidiana.
Referencias bibliográficas
Vigil, C. (1941) Muñequita, Buenos Aires: Atlántida
Vigil, C. (1943) Vida espiritual. Tomo II, Buenos Aires:
Atlántida.
Vigil, C. (1946). El erial. Buenos Aires: Atlántida.
Vigil,
C. (1951). Marta y Jorge. Buenos
Aires: Atlántida.
[i]
Pueden leerse algunos conceptos sobre la obra de Constancio C. Vigil en Bianchi
Bustos, M. E. (2020). Constancio C. Vigil, el formador de lectores. Un
recorrido por su obra literaria, en Revista Persona de la Universidad Católica
de La Plata. Disponible en file:///C:/Users/Bianchi/Downloads/180-Texto%20del%20escrito-639-1-10-20210911.pdf
[ii]
Se recomienda la lectura del artículo de Alonso, M. C. (2019), La verdadera
historia de La hormiguita viajera, en este blog, disponible en https://hormiguerolector.blogspot.com/2019/10/la-verdadera-historia-de-la-hormiguita.html
Maravillosa mirada que rescata ese modo las letras de C.C. Vigil en la descripción de animales y refleja otros tiempos. Gracias querido profesor.
ResponderBorrarmuchas gracias Silvia
BorrarMe encantó leer este posteo, la recuperación de un texto tan nuestro, que forma parte de nuestra infancia, y toda la interpretación que hiciste. También me deleité con las ilustraciones de la hormiguita. Gracias.
ResponderBorrar