por María Cristina Pizarro
de Iriberri
Introducción
Este trabajo está
constituido por una serie de reflexiones sobre el taller de escritura, las que
representan la elaboración y el fruto de experiencias muy gratificantes en mi
trayectoria docente. Los hilos conductores que me comprometen en esta tarea
van, desde el recuerdo intacto de felicidad que sentíamos algunos niños y yo
durante las clases de redacción cuando muy ansiosos me consultaban, alegres
entregaban los trabajos y contentos percibían que los demás habíamos
comprendido su mensaje, hasta la participación en talleres literarios a cargo
de poetas y narradores; y desde mi amistad con escritores de distintas
corrientes literarias hasta la coordinación de talleres destinados a niños,
adolescentes y, actualmente, a docentes del nivel inicial y primario. Mi
objetivo es contribuir con los docentes a una práctica total del acto de
escribir, que valorice las posibilidades de inventar, representar, construir,
actuar, interpretar, cambiar, transformar, con la finalidad de lograr un
mejoramiento individual y colectivo en el marco de la vida social. Mediante la
explicitación de algunos principios teóricos persigo la intención de ir
perfilando líneas directrices en el ámbito de la creatividad verbal, de modo
tal que cada destinatario sea capaz de descubrir y orientar sus propias
acciones.
Fundamentación teórica de las
experiencias
Siendo la escritura un legado que recibió el hombre como
testimonio no sólo de sus capacidades sino también de su necesidad de perpetuar
y transmitir sus deseos, sentimientos, ideas y, al mismo tiempo, considerando
que el ser humano es proclive a expresarse muchas veces por el único motivo de
dar sentido a su vida, utilizando para ello la danza, el canto, la imagen y la
palabra, propongo una práctica del acto de escritura tomando como punto de
partida la elección de lo placentero que, en forma paulatina, hará surgir
nuestra propia imagen como si la escritura se conformara en un espejo,
superando la necesidad narcisista que pervive en cada sujeto, en tanto que ese
universo de significados entretejido por signos, le permite salir de su
soledad, irrumpir el ensimismamiento y potenciar las virtudes del encuentro con
el yo. Tomando como premisa básica que la escritura es comunicación, es
sumamente importante reconsiderar el vínculo que se establece entre los
distintos elementos de ese proceso comunicacional: el vínculo entre el que *
Profesora de Lengua y Literatura Infantil y Lengua y Literatura Preescolar.
encodifica y el que ayuda a procesar; el vínculo con el texto; el vínculo con
el otro y el vínculo con el mismo acto de escribir. En la búsqueda de un clima
apacible, de alegría constructiva, generadora de libertad interior y en el
encuentro de un marco cordial, será lanzada la primera consigna, que dado el
carácter evocador posibilitará promover otras consignas en relación con los
discursos obtenidos, ya que la esencia de la palabra es la relación y toda
palabra engendra otra que la confirma o contradice, la reanima o la destruye. A
través de lo dicho, se cumple la función de motivar la tarea y el rol del
coordinador es aprovechar el estímulo para orientar la concreción, mediante el
acto de escritura, de las fantasías del mundo imaginario, manteniendo un
incesante movimiento de operaciones lingüísticas. Así la creatividad verbal se
verá favorecida por la seguridad, la autoconfianza, la responsabilidad y el
compromiso de los participantes del taller. La interacción con el texto brinda
la oportunidad de descubrir lo inconsciente del discurso creado, despertando
sorpresa, inquietud, maravilla y ejerciendo así el poder terapéutico del
misterio de la palabra como símbolo y revelación de lo desconocido. El proceso
de construcción de cada discurso estará estructurado en un marco de
significados posibles y probables que se vinculen con nuestros deseos o
vivencias poetizadas o metaforizadas por la utilización del lenguaje en toda su
plenitud, incluyendo la diversidad de recursos que enriquecen nuestra expresión
interior. Cuando escribimos, nuestro interlocutor ausente puede aparecerse ante
nosotros con una ansiada imagen especular, que observamos, por ejemplo, en las
comparaciones y analogías donde un objeto devuelve imagen a otro. Nos unimos en
un pacto secreto buscando la descarga de emociones que inciertamente recibirá
el otro. En ese encuentro con el otro está la cura del alma. La escritura nos
permite conectarnos más de cerca con nuestra propia intimidad y, en esa
veracidad, en esa búsqueda de la verdad también queremos comunicar ese discurso
que nos identifica, al destinatario que sabrá interpretarlo dentro de un marco
interactivo.
Consideraciones sobre el modo de
abordar el taller de escritura
Con la finalidad de
que la construcción del texto sea un intenso proceso de selección, combinación
y organización en procura del desarrollo de nuestra capacidad creadora,
trabajamos la palabra sola, el verso aislado y el texto, los que se constituyen
en pilares esenciales para la producción de la escritura, registrando así todas
aquellas experiencias significativas. Propongo, para la iniciación de la tarea,
revitalizar la función poética del lenguaje, la sonoridad y el poder evocador
de la palabra asociada a las primeras vocalizaciones, el ritmo de andar, la
respiración, el latido, etc. Retomando la idea de que la literatura es reflejo
de la vida, se vislumbra en ésta, la lucha, la búsqueda del triunfo y su
relación con el juego. De allí la importancia de aprender a jugar la vida
acentuando las vivencias infantiles que otorgan la visión de las cosas
cotidianas y elementales como un signo positivo de prosperidad y satisfacción
en el quehacer humano. Por ello, invito a rastrear lo escondido en el mismo
juego que encierran las palabras, a rescatar del olvido las imágenes de nuestra
infancia, a agudizar la observación sensorial, afectiva y reflexiva, a
reinventar propuestas creativas para establecer la riquísima comunicación
lúdica como un sitio de encuentro y proceso abierto a la transformación. En
esta etapa de búsqueda de placer por la palabra, trabajamos con juegos
lingüísticos, asociaciones libres, personificaciones, collages de textos,
recreación de estructuras para que el participante sienta confianza y
satisfacción por el discurso producido espontáneamente. En forma progresiva,
intentamos lograr un mayor compromiso con la historia y con el discurso,
engarzando temas referidos a la creación de un paisaje efectivo y a la
construcción de personajes que van tejiendo una trama más compleja. En la
elección y combinación de palabras se van estructurando el pensamiento y la
afectividad, por lo que el texto constituye un valioso aporte del estilo
personal de quien se ha dado el permiso de transitar libremente el universo de
ficción. El modo de vivir el espacio facilitará el acto de escritura. Deambular
por las calles, recorrer las veredas, contando las baldosas, saltando en la
rayuela, tocando los timbres, corriendo, jugando a las escondidas, a las
estatuas, remontando barriletes. Así, respetando nuestras leyes de juego y las
normas del código lingüístico nos habremos adueñado del espacio vehiculizando
la comunicación. Ese espacio interior e imaginario quedará transformado según
el archivo de nuestra memoria afectiva y el registro que de ello haya hecho
nuestro cuerpo. Considerando que en el cuerpo están almacenadas las sensaciones
y conflictos (ej. gestos, perturbaciones corporales), nos proponemos buscar en
el cuerpo las claves de la identidad y la expresión humanas con la finalidad de
participar con la totalidad de uno mismo y ordenar nuestras vivencias,
emociones, sentimientos, pensamientos, en forma creativa. Creemos que el
conocimiento, valoración y aceptación del esquema corporal involucra la toma de
conciencia de la presencia del cuerpo en el espacio y de allí surgirá la
proyección de la imagen en el espacio social y mayor nitidez en los mensajes
que deseamos transmitir, logrando asimismo un reencuentro con nuestra
naturaleza interior y una comunicación globalizadora mediante un proceso de
interacción con los otros.
Conclusiones
Las imágenes cobran vida, nacen acciones y palabras. Desde
el movimiento y el lenguaje gestual y verbal se va perfilando lo dramático.
Actúa el personaje, aparecen el conflicto y las interrelaciones entre escenas
narrativas y dialogadas. Esos actos de habla afianzan la real situación
comunicativa mientras se está levando a cabo un aprendizaje creador. En la
escritura como en el sueño se condensan escenas, se aglutinan elementos de la
naturaleza adoptando sentidos diversos. Por medio de la sustitución se
transforma la imagen y nos otorga el permiso y el placer de rebalsar nuestra
capacidad creadora. Convencida de que ese contacto con el placer que otorga la
escritura expandirá la capacidad de amar –la que es capaz de provocar
reciprocidad y, por consiguiente, necesita del otro–, pienso que es importante
destacar que mediante esta fuga repentina en el mundo imaginario alcanzamos a
nutrirnos de elementos esenciales para adoptar las decisiones más acertadas en
el transcurrir de las crisis vitales, en la bifurcación del camino elegido de
nuestras vidas.
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