Navegando por el ancho mar de la red de redes (internet)...., mirando, buscando, como buena Hormiga curiosa, pose mis antenas en el muro del CIIE La Madrid y ahí un mundo de recuerdos de mi adolescencia vinieron a mí...., Lago Epecuén, sus calles, su iglesia, los jardines llenos de rosas de los hoteles, la panadería que con su aroma a pan de "campo" llenaba las mañanas de nuestros desayunos y por supuesto, las zambullidas en sus salobres aguas...., en esos veranos interminables, donde yo era dueño de mi tiempo y mis pensamientos. Y esto fue posible, gracias a las imagines del libro "El último habitante de Epecuén".... sus ilustraciones, su tapa, su diseño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario