Dr. Marcelo
Bianchi Bustos
Premio
Hormiguita Viajera 2021
21 de
marzo, DIA INTERNACIONAL DE LA POESÍA.
En todo el mundo habrá homenajes y recitales poéticos. Aquí en este artículo
festejaremos recordando la importancia que posee en la primera infancia. Se
partirá desde una perspectiva muy importante que es la del derecho de los niños
a la poesía. Los niños tienen, entre
tantos otros, el derecho a la palabra pero además, el derecho a la ficción, a
la literatura, a disfrutar de otros mundos posibles por medio de distintos
tipos textuales, entre ellos el género poético.
La
poesía es juego de palabras, de múltiples significaciones, es materia y forma y
regalársela a los niños desde la primera infancia es fundamental. El ingreso a
ese mundo de lo poético estará dado por la madre que cuando está embarazada
acaricia su panza y le canta alguna canción y seguirá, sin duda, con las
primeras nanas y canciones de origen folklórico que algún adulto le cante. De
esa manera ingresará por una puerta maravillosa al mundo de la palabra con una
intencionalidad estética proveniente de la cultura popular de tradición oral. En
ese simple acto entregar por medio de la oralidad un poema y de recibirlo hay
un acto ancestral que se repite como parte de una comunidad y portado una
cultura. Será la madre muchas veces la que le cante esas canciones de cuna y al
hacerlo un mundo comenzará a abrirse como si fuera la cueva de los ladrones de
Alí Babá pues estará llena de tesoros. En una conferencia que brindó Federico
García Lorca en (1925) en la Argentina dijo
Son las pobres mujeres las
que dan a sus hijos este pan melancólico y son ellas las que lo llevan a las
casas de los ricos El niño rico tienen la nana de la mujer pobre, que le da al
mismo tiempo, en su cándida leche silvestre, la médula del país.
Esa
canción de cuna sería, como lo afirmó Gabriela Mistral (1952), un coloquio
diurno y nocturno de la madre con su alma, con su hijo, y con la Gea visible de
día y audible de noche.
Se
usarán para dormir pero también estarán presentes en el arrullo para calmarles
el llanto y en los momentos de vigilia del sueño. Un poeta de origen vasco,
Gabriel Celaya (1972)enunció algunas características de estas canciones de cuna
v El
vaivén adormecedor de la cuna o de los brazos de la madre que lo acuna y
arrulla
v Un
ritmo hipnótico generado por el ritmo poético y la musicalidad
v Creación
de un clima cálido de protección en el que el bebé se sienta seguro
v Cansancio
de la madre y pedido de ayuda al niño para que la ayude a llevar adelante una
carga pesada
v Muchas
veces aparece la amenaza de la presencia del coco o alguna promesa.
Es
gracias a las características propias del lenguaje poético, ya sea de las nanas, de las canciones infantiles,
las adivinanzas, etc., que el niño aprenderá a amar la palabra, a apropiarse
del significado otorgándole un sentido.
Más
adelante – no hay manera de cuantificar el cuándo en una experiencia estética-
irán apareciendo en el mundo literario de los niños las poesías de autor.
Seguramente algunos clásicos – como Beatriz Ferro, Laura Devetach, María Elena
Walsh - pero también otros autores más contemporáneos que han hecho verdaderas
obras del lenguaje como sucede con Silvia Schujer y su genial Canciones de cuna para dormir cachorros,
un libro en el que la genial escritora argentina escribe hermosas canciones de
cuna en las que los protagonistas son animales. En este libro se dan cita un
perro, una vaca, una araña, un búho y muchos otros animales diversos que tienen
en común que duermen mientras sus mamás los protegen.
Lo
importante es que, en cada selección que se realice por parte de los adultos,
ya sea para recitárselos a los niños o para que ellos exploren los libros y los
lean por sí mismos – o con la ayuda de alguien – que se tenga en cuenta que sea
verdadera poesía. No hay grandes temas para que la misma aborde y el tema más
insignificante se transforma en un gran tema por medio de las palabras justas
que elige el poeta. Y es ahí donde reside uno de los secretos de esa poesía pues
como dice Ana Pelegrín, el poeta no puede
dejar de ser un ente ético, escribir poesía infantil no es infantilizar la
poesía. El infantilismo poético es un atentado contra la belleza y contra la
sensibilidad del niño.
Algunos
poemas podrán tener rima y otros no, la métrica será variable pero lo que toda
poesía para niños debe tener es ritmo, juego con el lenguaje, juego de palabras
y en el caso de las poesías para los más pequeños jitanjáforas. Esos
maravillosos juegos del lenguaje generados por medio de palabras que valen por
el efecto sonoro atraparán a los más pequeños y podrán formar parte de
cualquier momento lúdico.
La
mejor manera de continuar con estas reflexiones es recurrir a algunos poetas
que han escrito para los niños. Muchos podrían ser los autores y los poemas a
mencionar pero más allá de que cualquier elección es arbitraria, la elección
realizada significa un homenaje a grandes poetas de nuestra lengua.
El
primero de ellos pertenece a un pionero, José Sebastián Tallón, el autor de Las torres de Nuremberg, el libro que,
desde mi perspectiva de investigador es el primero escrito para niños de la
Argentina. En él hay un poema muy conocido pero que siempre es bueno recordar:
EL SAPITO
GLO GLO GLO
Nadie sabe dónde vive,
nadie en la casa lo vio
pero todos escuchamos
al sapito glo-glo-glo…
¿Vivirá en la chimenea?
¿Dónde diablos se escondió?
¿Dónde canta cuando llueve
el sapito glo-glo-glo?
¿Vive acaso en la azotea?
¿Se ha metido en un rincón?
¿Está debajo de la cama?
¿Vive oculto en una flor?
Nadie sabe dónde vive
nadie en la casa lo vio,
pero todos lo escuchamos,
cuando llueve:
Glo-glo-glo…
Llama la atención como de un tema tan
común como el del canto de un sapo pueda ser el centro de esta composición en
la que afloran las preguntas que puede hacerse cualquier niño.
El
segundo de los poemas es DUÉRMETE, NIÑO
CHIQUITO y proviene del folklore cubano:
Duérmete, niño chiquito,
que tu madre fue a lavar,
y a la noche cuando venga
la tetita te dará.
Duérmete, mi niño,
que tengo que dar
la vuelta al puchero,
que se va a quemar. Ea, ea.
Duérmete, niño chiquito
mira que viene el Cancón
preguntando de casa en casa
donde está el niño llorón.
Duérmete, mi niño
que tengo que dar
la vuelta al puchero,
que se va a quemar.
Y por
último para cerrar este regalo poético, BUEN
VIAJE de Amado Nervo, un poema formado por dos cuartetas en las que nos
invita a un hermoso viaje arriba de un barco de papel. Qué niño no se maravilla
frente a él y qué adulto no recuerda algún pasaje de su niñez cuando piensa y
evoca el pasado con un barco de papel hecho un día de lluvia para jugar en un
charco o en el correr del agua al lado del cordón de la vereda:
Con la mitad de un periódico
hice un buque de papel,
y en la fuente de mi casa
va navegando muy bien.
Mi hermana con su abanico
sopla y sopla sobre él.
¡Muy buen viaje!
¡Muy buen viaje,
buquecito de papel!
Ojala que la
poesía esté presente, en cada maternidad, en cada hogar, en las bibliotecas y
en la escuela pues por medio de ella el niño desarrollará su gusto estético y
el gusto por los juegos del lenguaje. La poética infantil colaborará – sin
proponérselo pues nunca debe ser usada con ninguna finalidad más que el goce
estético – en la formación de los niños como personas que amen la belleza, que
la creen y la defiendan. De la mano de los poemas y de ese goce estético que se
ha mencionado tendrán herramientas para luchar contra la violencia, la crueldad
y la injusticia.
Para cerrar – y
seguir pensando – deseo transcribir las palabras de una especialista en
Literatura Infantil, poeta y ensayista, Cristina Pizarro que dice
La
poesía es metamorfosis. Afirmamos, con total convicción, que favorece el
ejercicio de la libertad, a través de numerosas alternativas en sus
procedimientos semánticos, en la elección sincera, responsable y comprometida
con las estructuras del lenguaje.
Revalorizamos
su cualidad para provocar la transformación del hombre, intentando que logre
ser el mismo, después de que la poesía haya penetrado en la intimidad de su
ser.
Pizarro, 2000
Qué los niños disfruten la
poesía es el mejor regalo que le podemos hacer en su día.
Referencias bibliográficas
CELAYA, GABRIEL (1972) La voz de los niños, Barcelona: Laia.
GARCIA LORCA, Federico (1925) Obras completas, Buenos AIRES.
MISTRAL, Gabriela (1952) Ternura, Buenos Aires: Espasa Calpe.
PELEGRÍN, Ana (1969) Poesía española para niños, Madrid:
Taurus.
PIZARRO, Cristina (2000) Poesía, transformación
y libertad en Revista Educación Inicial,
Buenos Aires: La Obra.
Nota
Los poemas han sido extraídos
de:
CHILLEMI DE LUCERO, Norma (2000)
Poesía Latinoamericana para los más
pequeños, Buenos Aires: Vinciguerra.
¡ Qué lindo artículo sobre la Poesía infantil! FELICITACIONES, MARCELO.
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