Homenaje del Hormiguero a la Maestra de Maestros Elsa Borneman
70 años de su nacimiento (1952)
Yo dibujo puentes
para que me encuentres:
Un puente de tela,
con mis acuarelas...
Un puente colgante,
con tiza brillante...
Puentes de madera,
con lápiz de cera...
Puentes levadizos,
plateados, cobrizos...
Puentes irrompibles,
de piedra, invisibles...
Y Tú...¡Quién creyera!
¡No los ves siquiera!
Hago cien, diez, uno...
¡No cruzas ninguno!
Más... como te quiero...
dibujo y espero.
¡Bellos, bellos puentes
para que me encuentres!
Elsa Bornemann, en "El Libro de los Chicos Enamorados"
Elsa Bornemann alcanzaba cifras de venta sin precedentes en el género. Muchos niños, nacidos en los años setenta, se iniciaron en la lectura a través de sus libros. Es una de las escritoras más difundidas en el campo de la literatura infantil y juvenil argentina.
En 1975 se publicó la primera edición de Un elefante ocupa mucho espacio, una antología de cuentos incluida en 1976 en la Lista de Honor del Premio Hans Christian Andersen, elaborada por International Board on Books for Young People (IBBY), una de la más prestigiosas instituciones abocadas a promover la circulación de libros infantiles de calidad por todo el mundo. Un año después, ese libro fue prohibido en la Argentina por el gobierno de facto. El decreto 3155/1977 del Poder Ejecutivo Nacional a cargo de la Junta Militar argüía: «se trata de cuentos destinados al público infantil con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria para la tarea de captación ideológica del accionar subversivo» y que «de su análisis surge una posición que agravia a la moral, a la familia, al ser humano y a la sociedad que éste compone».
Más adelante, finalizada la dictadura, la autora tuvo acceso, a través de la Cámara del Libro, al sumario completo en el que se recomendaba la censura de su libro. El cuento que daba título a esta antología narraba la historia de un grupo de animales que decide realizar una huelga porque se resistían a vivir encerrados dentro de un circo. En ese contexto histórico era inevitable relacionar lo que acontecía en el entorno con el contenido alegórico de lo narrado. El informe, elaborado por un grupo de escritoras argentinas, no solamente tildaba de subversivo a este relato, también se hacía un minucioso análisis de cada uno de los quince cuentos. Recién con el retorno de la democracia, en 1984, se pudo volver a publicar esta obra. Todos los relatos que componen el libro, protagonizados por personajes con algún rasgo por fuera de lo establecido, funcionan como parábolas de la libertad, de la amistad, de la solidaridad y de la justicia.
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