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miércoles, 13 de noviembre de 2024

La literatura siempre habla más alto

 

(Sobre la polémica en torno a los libros de la colección literaria “Identidades Bonaerenses”, que cuenta con 122 títulos de ficción y no ficción de prestigiosos escritoras y escritores, en su mayoría argentinas y argentinos o bonaerenses, y que la misma comenzó a distribuirse en septiembre de 2023.)

La literatura siempre habla más alto

Por María Cristina Alonso

La acción de prohibir libros de literatura ya es una vieja historia conocida por los argentinos. Pasó en la dictadura. Sería largo enumerar todos los libros que fueron cuestionados, pero baste recordar El Principito de Antoine de Saint- Exupéry, Un elefante ocupa mucho espacio de Elsa Bornemann, los libros de García Márquez, de Haroldo Conti, de Cortázar. Y sigue la lista que es muy extensa. Algunos eran acusados de todo un hallazgo: “exceso de imaginación”. La gente los seguía leyendo y también se leían en las escuelas a escondidas porque, si hay algo que mueve a un lector es la curiosidad. ¿Por qué no puedo leer este libro? ¿Quién tiene autoridad para decidir que páginas deben o no leer los jóvenes?

Leer se sigue leyendo. En el caso de los libros cuestionados de la Colección Identidades Bonaerenses, la cuestión no es porque adoctrinan sino porque sexualizan. Sexo. Y mezclan todo, porque, como el cuestionamiento se hace a través de unos fragmentos que andan circulando en los medios, se los asocia con la ESI, “son para enseñar educación sexual, horror, con sexo explícito”. No, no son para educación sexual. Son para leer. Leer literatura, de la buena. Los censores nunca fueron buenos lectores de literatura, ni tampoco los predicadores. Así que, de esta manera, se confunde todo.



Los libros en cuestión son textos literarios y, la literatura, no es sierva de nadie. Nos conmueve, nos enseña, nos convierte en seres críticos, nos habla de la belleza y de la maldad, de la sociedad patriarcal, de lo oscuro y de lo luminoso, de la felicidad y de la soledad, pero nunca se propone expresamente adoctrinarnos. La literatura trabaja con la tela suave e invisible de la imaginación. No adoctrina; eleva, fascina, nos hace discutir. Calma, enerva, inquieta, tranquiliza, cuestiona, pero se empobrece cuando la  escuela la utiliza como panfleto pedagógico y cuando la sociedad la juzga sin haberla leído.

Estamos en el mundo del hablemos sin saber. Invito a que lean Cometierra de Dolores Reyes. El título de la novela es el de la protagonista, una chica del conurbano bonaerense que tiene el don de ver lo que ha sucedido con las mujeres que desaparecen comiendo la tierra donde fueron vistas por última vez. Puede saber si aún están vivas, quien les hizo daño. La novela habla, disparándose hacia lo fantástico, de la tragedia del femicidio que tiene record en nuestro país. Publicada en 2019 por Sigilo, en Buenos Aires, fue editada en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Holanda, Polonia, Australia y Turquía. Dice la autora: “Yo quería contar la historia desde una lengua particular, que se reconozca en cualquier parte del libro. La voz de pibes y pibas del conurbano súper golpeados, con la violencia de género como algo casi omnipresente. Pibes y pibas enojados, retraídos, que hablan poco y tienen contestaciones brutales”, aclara Reyes. “Ahora, yo puedo describir esa voz o contarte un terreno con alambre y reja con candado. Pero la violencia de género, los cuerpos sustraídos que terminan en una fosa, la identidad negada. Lo que se destruye ahí llega a todo el mundo”. Creo que no es necesario decir más sobre la universalidad de esta novela.

También los convoco a leer Las primas de Aurora Venturini. Quien fuera amiga de Eva Perón y después del golpe de Estado del 55 vivió en París y cultivó la amistad de Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus, Enugène IoescoJuliette Gréco y, en Sicilia, con Salvatore Quasimodo.

Tuvo que esperar a los 80 años para ser reconocida cuando ganó un concurso con Las primas, una historia de iniciación contada por Yuna Riglos y ambientada en La Plata en los años 40. Un texto disruptivo, a veces delirante, que extrema el lenguaje y rompe con sus convenciones. Una novela tan original que es una delicia de imaginación y sarcasmo.

Recomiendo, además,  a quienes hablan sin leer que recorran las páginas de Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara. Un texto que ingresa en el universo de la gauchesca, en el ámbito del Martín Fierro para narrarnos, desde la voz de la mujer de Fierro, una utopía queer. Esta voz femenina -en un género donde casi no aparecen las mujeres como la gauchesca- presenta una versión desorbitada de los hechos conocidos del poema de Hernández. La autora reelabora una mirada femenina sobre la tradición literaria argentina.

Una reseña de este libro publicada en 2020 en The New York Times señala que es “una visión sorprendentemente fresca de la vida en las pampas del siglo XIX. Y también  una subversión magistral de la identidad nacional argentina. (…)Las legendarias hazañas de Fierro se limitan en Las aventuras... a algunas indiscretas borracheras, mientras que su esposa anónima, que retoma las cuatro palabras de la epopeya original (su china, ‘su mujer’, como suele decirse), se convierte en la verdadera heroína.” Nominada Premio Booker Internacional  en el que cada año se elige a los mejores libros traducidos al inglés, fue calificada por The New York Times  como “uno de los mejores libros de ficción iberoamericana de 2017″. También, The Guardian, el prestigioso medio británico, realizó una elogiosa crítica sobre la obra: “un viaje salvaje a través de las pampas que deja en el polvo los roles tradicionales de género”.

¿Que hay escenas de sexo? ¿Y qué esperaban? La literatura cuenta los incendios, las perversiones, los crímenes, el amor, el placer, el espanto. Habla de la vida y de la muerte, habla de los traidores y de los héroes. Habla de lo humano.

Ayer escuché en televisión que El matadero fue escrito por Mansilla. Que se leía Cometierra para educar sexualmente a los chicos, leí que una libertaria decía que eran libros aberrantes exhibiendo sólo un fragmento de la novela.

Los chicos y chicas de la escuela secundaria tienen esa hermosa colección que ha distribuido el Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires para que conozcan voces y problemáticas que conforman nuestra identidad. Por lo contrario de lo que se está discutiendo, a mí me preocupaba ver esa colección de libros, tan rica y heterogénea, etiquetada en el último estante de las bibliotecas escolares y que nadie moviera esos libros, que los estudiantes no supieran cuántos libros interesantes tenían para leer. Y ahora saben que existe.

Creo que los chicos concurrirán en masa para ver de qué se trata. Y la literatura ganará como siempre porque habla más alto que todos los ignorantes que no sólo la cuestionan, sino que nunca han leído libros de verdad.
El escritor Sergio Olguín señaló con mucha suspicacia que
"con esta estupidez de querer censurar libros como Cometierra, Las aventuras de la China Iron o Las primas, lo único que van a conseguir es que los pibes de todo el país se pongan a leerlos para ver qué les están ocultando”.

Y esto ocurre en un país cuyo presidente se lo pasa evocando escenas sexuales pedófilas, hambreando a niños y ancianos, dejando a la intemperie a los discapacitados, desfinanciando a la educación y a la salud pública. Defendamos nuestro derecho a leer.

(María Cristina Alonso es escritora y profesora en letras por la UNLP. Dicta las asignaturas Literatura  Española y latinoamericana y Literatura Argentina en el profesorado de Lengua y Literatura del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica 78 de Bragado, Provincia de Buenos Aires).


lunes, 11 de noviembre de 2024

A 20 años de su partida, Graciela Cabal siempre cerca La palabra precisa, la sonrisa perfecta, el vicio impune



por Daniela Azulay

Empiezo con un fragmento de “Oficio peligroso”: “Escribir para chicos es oficio peligroso, tan peligroso como escribir para grandes, porque es el mismo oficio: obliga a caminar por la cuerda floja, a internarse en soledad por los laberintos de la sinrazón, a sentir el vértifo de mirarse hasta el fondo, a rondar la muerte. Escribir para chicos no es oficio de personas bienintencionadas —Dios libre y guarde—: es oficio de escritores. Y, como dije alguna vez: “los escritores son gente de cuidado, bombas de tiempos son”. Todos: escriban sobre hombrecitos verdes o sobre el oro de los tigres; sobre los sueños de un viejo sapo o sobre el amor y otros demonios. Todos. Y nunca se sabe con ellos.” Para quien ande distraído, la conferencia Oficio peligroso fue escrita para el 6º Congreso Internacional de LIJ organizado por el CEDILIJ en 1999.



Graciela Cabal nació el 11 de noviembre de 1939, y murió el 23 de febrero de 2004. Al filo de que se termine 2024 y justo poniéndole el punto final el día en el que hubiera cumplido 85 años, este recuerdo como un arrimo a su legado, que es inmenso.

Graciela Beatriz Cabal fue una maga de las palabras y creadora de fogones imaginarios, alrededor de los cuales contaba historias que aún hoy siguen encendidas. Adelantada a su tiempo, fue pionera en modos de hablarles a las infancias y en reflexionar sobre el lugar de las mujeres en la sociedad. Decía: “Desde la infancia escribo, no para la infancia”, y esa frase, inspirada en Robert Browning, refleja su modo de estar en el mundo,  de escribir para “todas las edades”, explorando temas universales con sensibilidad, humor e inteligencia. Y todo eso atravesado por sus lecturas profundas, sus conocimientos y sus producciones que ayudaron a construir el campo de la literatura infantil y juvenil argentina. Decía que le gustaba decir su segundo nombre, ya que Beatriz era también el nombre de su mamá, que le enseñó a leer con el libro Upa, fue para ella quien la hizo ser escritora.



Me hubiera gustado conocerla, entrevistarla, charlar con ella. Y si bien no llegué a hacerlo en persona, si lo hice a partir de su obra, de sus charlas, de sus libros. Sus títulos son muchos, y son además, cazadores de lectores rebeldes. Cuentos, novelas, ensayos y fue tan pionera en todo, que hasta libros de ecología escribió. De Graciela, mis libros preferidos son: Secretos de Familia, Las cenizas de papá, Las rositas, La emoción más antigua, Mujercitas eran las de antes, El hipo y otros cuentos de risa, La señora Planchita, y seguro me olvido de alguno. Mi agradecimiento a sus textos es total.



Para Cabal, la lectura era “un vicio impune”, una pasión que debía disfrutarse sin restricciones ni imposiciones. Rechazaba la idea de imponer la lectura, creyendo firmemente que el amor por los libros solo podía transmitirse desde la pasión compartida. Citaba a Borges, a quien tuvo como docente en la facultad, quien decía que “leer no admite el imperativo”, y se refería a la lectura como un placer que unía generaciones y debía compartirse como una forma de libertad, no como una tarea. Graciela, quien no solo amaba leer, sino también releer. La relectura era parte de su vida. Contaba que cuando se sentía mal o triste o  huérfana y necesitaba un mimo, releía Mujercitas y Tom Sawyer. 



Cuando le preguntaban sobre sus inicios, contaba que tal vez tuviera también que ver con el mago Fumanchú, que en su espectáculo, pidió una nena para que la ayudara con sus trucos. Graciela, que tenía solo tres años, al verse arriba de un escenario con un público “de verdad”, aprovechó y empezó a contar sus historias. La aplaudían tanto que parece que al mago le dio envidia y la invito amablemnete a volver a la platea con sus padres. Contar historias se convirtió en el centro de su vida: para Cabal, narrar era una forma de compartir experiencias, de construir puentes. A través de sus cuentos y de su voz, sabía cómo captar la atención y el corazón de quienes la escuchaban. Sus marcas personales son el humor, la lucidez, y una cierta desfachatez ante todo lo que se le cruzara. Contaba cuentos antes de leer y escribir. Publicó su primer libro a los 20 años. Un libro de poesía que le dio una felicidad suprema. Cuando volvía de buscar los ejemplares, en el tren le regaló un libro a todos los pasajeros que iban en su vagón. “Fue un gran día ese”, dijo en una entrevista.



Graciela utilizaba el humor para desdramatizar las tensiones familiares y explorar temas profundos sobre los roles tradicionales de género. En obras como Secretos de familia y Mujercitas eran las de antes, cuestionaba las expectativas sociales impuestas a las mujeres como madres, esposas e hijas, mostrando personajes que, aunque a menudo atrapados en estos roles, también buscaban su propia identidad y libertad. La familia era un espacio de experiencias complejas, donde las alegrías se entrelazaban con tensiones y secretos, revelando la vida familiar con sus contradicciones. Humor y lucidez estaban presentes en cada uno de sus pasos, incluso cuando no escribía, en la vida cotidiana.

Graciela Cabal fue una figura esencial en la literatura infantil argentina, no solo como escritora, sino también como una pensadora crítica que ayudó a definir y expandir el género. Cofundadora del grupo La Mancha. Papeles de literatura infantil y juvenil  y presidenta de ALIJA (1993-1995), su influencia fue fundamental. Su preocupación por desligar la literatura infantil de la asociación casi exclusiva con la educación, y casi nunca a la literatura, sigue muy vigente en muchos de nosotros hoy en día. 

Unas palabras de quienes la conocieron

Quienes la conocieron, la editora Susana Aime y la escritora Iris Rivera, recuerdan a Graciela como una persona encantadora y profundamente interesante, capaz de transformar cualquier conversación en una experiencia memorable. Iris Rivera comparte una anécdota conocida y no por eso menos graciosa: “Graciela contaba de sus hijas mellizas, siendo adolescentes, no ordenaban su cuarto, entonces ella entraba y era todo un desorden, y ordenaba ella, limpiaba todo y listo. Hasta que decidió consultar a una psicóloga, que le dijo que cerrara la puerta y no la abriera más, que lo dejara a cargo de las hijas. Y entonces ella probó. Cerró la puerta, y pasó un día, pasaron dos, pasaron tres, pasó una semana. Cuando abrío la puerta, a contra orden de la psicóloga, y vio el desastre multiplicado por todos los días de la semana. Entonces sacó una conclusión: a partir de ahora voy a cambiar de psicóloga.”

Susana Allori, especialista en Literatura infantil, evoca dos momentos entrañables con Graciela. El primero, en 1999, durante el Congreso Internacional organizado por CEDILIJ, donde Cabal inauguró la jornada justamente con la ponencia Oficio peligroso. En esa charla, dejó bien en claro la condición de quienes escribían para chicos y, esa misma noche, en una sesión con los adultos, leyó capítulos de Secretos de familia, generando momentos de risa y emoción entre todos los presentes. Otro momento inolvidable para Allori fue en 2003, cuando Graciela viajó a Córdoba para participar del aniversario Nº 20 del CEDILIJ: “En la tarde antes del festejo, compartió unas lecturas de Las cenizas de papá, fue una charla muy hermosa, en la que habló de todo y especialmente de la muerte, de como ella le estaba dando batalla con libros que todavia no había terminado y eso era un antídoto para que la muerte esperara un poco más. Y sin embargo nos hizo reir también, hasta llorar. Después quizo una despedida, la acompañamos a la terminal de omnibus por qué aprovechó el viaje para hacer algo que ella disfrutó mucho, algo que deseaba hacer, visitar la biblioteca popular de Las Varillas (Biblioteca Popular Sarmiento) donde había estado en los años del Plan Nacional de Lectura de Hebe Clementi, en el gobierno de Alfonsín. Ella tenía un sueño, que la despidiéramos en el anden haciendo flamear un pañuelo, y así fue, ese es el último recuerdo que tengo: Ella sacando un pañuelo blanco y nosotras desde el anden, con la Ceci (Cecilia Bettolli, especialista en LIJ) saludandola con el pañuelo, muertas de risa. Creo que fue muy fuerte esa manera de hacernos pensar el otro lado de las cosas, ya en el año 1999, se reía un poco y se iba burlando de todos los mandatos del buen leer, con esa lucidez con la que estaba parada en el mundo, jugaba, se reía, como si fuera una chica, que lo era, con la lucidez de una sabia, desafiante, tenía un montón de vicios impunes, no solo la lectura. Eso a mí me deja ligada a ella, agradecida, como en deuda por todo lo que nos dio. Hoy tenemos un grupo de whatsapp que se llama El vicio impune en el que compartimos conversaciones y lecturas. La celebaramos a Cabal cada vez que por ese grupo pensamos jornadas, actividades, nos ponemos en movimiento para dar pasos que nos estimulan a seguir pensando los libros, los chicos, la literatura.”



Huellas de lectura

En mi corazón, para siempre, la lectura de sus libros en comunidad, como la del Taller de Arte y Literatura con las mujeres de la Asociación Civil La Vereda, donde las participanes disfrutaron de la lectura por entregas de la novela Las rositas. Estas mujeres, muchas de ellas sin experiencias previas de lectura, se sumergieron en la historia y crearon un vínculo especial con los libros. De hecho, el impacto fue tan fuerte que se logró gestionar con la editorial ejemplares de Las Rositas para que todas las participantes pudieran llevarse el libro a casa, escribiendo sus nombres y dedicatorias como testimonio de la lectura compartida. 

La mejor forma de celebrar a Graciela Cabal es leyéndola: descubrir su humor, su ironía, su inteligencia, reflexionar sobre sus preguntas que calan hondo y dejarse llevar por la trama de sus historias. 


Nota sobre las ilustraciones: Fueron muchos los ilustradores que pusieron imágenes a sus obras, mis preferidas, sin duda, son las realizadas por Viviana Bilotti para Las rositas, que gentilmente Vivi compartió para acompañar esta nota. 


miércoles, 6 de noviembre de 2024

Pioneras y pioneros de la LIJ. Hoy Martha Salotti

 



El Hormiguero Lector recuerda hoy... : 



 A UNA PIONERA DE LA LITERATURA DE LIJ MARTHA SALOTTI...


Martha Alcira Salotti1​ (10 de abril de 1899 - 26 de octubre de 1980) fue una educadora y escritora argentina considerada discípula y heredera de Rosario Vera Peñaloza.





Comenzó su labor educativa organizando cursos de perfeccionamiento docente, hasta que en 1965 fundó en Caballito el Instituto SUMMA, junto a Dora Pastoriza de Etchebarne. Fue Maestra Normal Nacional y Profesora Superior de Ciencias Naturales. A su vez, se dedicó a la producción de cuentos infantiles, libros de lectura y textos pedagógicos sobre la enseñanza de la lengua.


Actualmente, una calle del barrio porteño de Puerto Madero, lleva su nombre.


Obras

El árbol que canta, texto de enseñanza primaria.

El patito coletón: cincuenta cuentos para jardín de infantes.

Un viaje a la luna.

La lengua viva.

Juguemos en el bosque.

El jardín de infantes.

Reloj de sol.

Rosario Vera Peñaloza.

"Fiesta" Libro de lectura para segundo grado, Kapelusz, 1957

lunes, 28 de octubre de 2024

Si un día pensaba. Poema de la Hormiguita Maestra Leiby Ng (*)




 


 Si un día pensaba

que escribir era un antídoto,

una fórmula para no morir

de tedio y de dolor;

ahora reafirmo que hay muchos culpables

de que existan seres que no se dan permiso

de amar el verso y de liberar el alma.


No se permiten suspirar.

ni soñar, ni anhelar

porque alguien los reprime.

No se permiten besar el rocío

ni aspirar los perfumes del aire.


En cada ser humano hay una jaula

donde se aprisionan los versos.

Primero son letras como fetos:

deformes y no natas.

Después el sentir y la vida

les insuflan aguas como si fuese sangre

y circulan despacio hasta ensancharse.

Luego les nacen plumas y se expanden.

A su tiempo llega una mirada, una voz,

una caricia de manos anhelada...


Entonces ese pájaro se aviva

y aletea intranquilo en la jaula.

Nada habrá de dormirlo ni aquietarlo

sino el vino que traspasan otros labios.

(Incluso los del hijo o la hija deseados,

o el fervor de la patria, la compasión tal vez...).


De modo que hay un ave y una jaula.

Un alma que se sabe inmortal.

Un cuerpo deseoso de caricias

y el imán infaltable de otra carne;

tal vez un ideal, soñar ser mártir,

abrazarse a una causa, a una utopía,

a los ojos esquivos que no alcanzan

los ensueños de muertos...


Todo se junta en la preñez del verso,

gestación inmortal de las palabras.

Das a luz desenfrenadamente

con el parto normal o por cesárea,

y hay un día en que todos, ya dormidos,

podemos observar tranquilamente

como sale aquel pájaro del alma.



Leiby NG

(*) Nació un 24 de julio en la ciudad de Santiago, República Dominicana. Formación docente y publicitaria. Recibió el Premio Nacional y Latinoamericano de LIJ La Hormiguita Viajera 

viernes, 25 de octubre de 2024

Nuestras pioneras y pioneros. Hoy compartimos a Adela Vettier (Argentina)

 

Adela Vettier

Escritora argentina contemporánea, autora de: Si ves un pájaro blancoDe la manoLa puerta de la extraña señoraAdolescencia en el SurPadre LoboVientos de aventura y Nolan el invisible, entre otros éxitos. En Magisterio del Río de la Plata ha publicado El tritón perdido. Falleció a los 84 años y sus libros y escritos siguen cautivando a los lectores tanto jóvenes como adultos.



En una caja de lápices de colores, los lápices hablaban entre sí.

-Yo pinto el sol-dijo el amarillo.
Y todos lo aplaudieron porque el sol es importante.

-Yo pinto la niebla-dijo el gris
Y todos lo aplaudieron porque la niebla es hermosa.

-Yo pinto el cielo-dijo el azul
Y todos lo admiraron porque el cielo es inmenso.

-Yo pinto las nubes-dijo el blanco
Y todos lo saludaron porque las nubes son encantadoras.

-Yo pinto el fuego-dijo el rojo
Y todos lo acariciaron porque el fuego calienta.

-Yo pinto las copas de los árboles-dijo el verde
Y todos lo quisieron porque los árboles son alegres.

-Yo pinto los troncos-dijo el marrón
Y todos lo respetaron porque los troncos son fuertes.

-Yo pinto el carbón-dijo el negro
Y todos los lápices se miraron con burla y dijeron:

-El carbón ensucia.
-El carbón es feo.

El lápiz negro iba a ponerse a llorar, cuando una mano de niño abrió la caja.
Miró todos los lápices, tomó el lápiz negro y escribió una sola palabra:

MAMÁ

Adela Vettier



miércoles, 23 de octubre de 2024

Nuestros pioneros y pioneras de la LIJ: David Moya Posas: BREVE ROMANCE DE LA LUNA

 









BREVE ROMANCE DE LA LUNA

La luna cae en la teja
con débil salto de plata
para pintar los aleros
sobre la calle empedrada

Ayer no mas, cuando apenas
recien nacida, alumbrada
de las tieblas del mundo
era una hamaca colgada.

y ya despues, cuando sola
su redondez maduraba
sobre el tapete del cielo
era una media naranja,

Hoy tiene un cículo negro
alrededor de la cara
que desfiguran los aires
que caminan por el agua.

Ay luna, por tí ha llorado
todo el cielo esta mañana.
Sólo por ver en los charcos
tu monedita lavada.

MOYA POSAS, DAVID (*)






(*) David Posas moya, poeta hondureño (1929 -1970). trabajó como pedriodista y escritor en diferentes periódicos tanto hondureños como de otros países latinoamericanos. Ha publicado varios libros de poesía, en muchos casos fue galardonado por ellos, entre ellos figuran Imanáforas y Metáfora del ángel.

jueves, 10 de octubre de 2024

Salvador Novo..., el cronista y poeta que sabía abrir puertas...!!! (120 años de su nacimiento y 50 años de su gira final) (*)

 




     

     Salvador Novo fue un novelista, cronista y poeta mexicano que destacó por sus ágiles e inteligentes palabras y por abrir puertas a las minorías de las cuales se sentía parte.

     Salvador Novo fue reconocido en el siglo XX como el gran “Cronista de la Ciudad de México”, razón por la cual llamaron a una de las  calles con su nombre.

     Controversial y polémico, cosmopolita e íntimo a la vez, amado y odiado, Salvador Novo destacó, entre otras cosas, por sus ágiles e inteligentes palabras, pero también por haber logrado con ellas —y su personalidad— visibilizar el mundo homosexual del México que le tocó vivir. 

A 50 años de su muerte y próximos a 120 de su nacimiento, el 30 de julio de este 2024, recordamos la escritura de este cronista, ensayista, dramaturgo y poeta, así como su importancia para la historia de las diferentes luchas de la comunidad LGBTQ+.

     

Poeta cotidiano

     Otro de los géneros que practicó Salvador Novo fue la poesía, género del que escribió más de 20 libros. Reséndiz comenta que se trata de un gran poeta, conocedor de la tradición en lengua española, pues realizó varios sonetos y poemas de versos medidos, además de poemas en versos libres, los cuales se caracterizaban, algunos por su desencanto amoroso, otros por su ironía y gran humor y otros por su referencia cotidiana y forma coloquial. 

     “El gran legado que nos dejó Novo es la posibilidad de la ironía y la inteligencia, del no tomarse todo tan en serio y permitirse ser frívolo, para hacer gala y arte literario con todo ello. Para los lectores abrió la puerta a una literatura alejada de la seriedad y la solemnidad; mientras que, para la comunidad gay, además,demostró que se puede ser visiblemente homosexual y vivir grandes experiencias”, comenta Ernesto Reséndiz, miembro del extinto Seminario de Literatura Lésbica Gay, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista con El Sol de México.

La azotea de los contemporáneos

     Otra de las razones por las cuales se recuerda a Novo, es por haber formado parte del grupo de jóvenes intelectuales conocido como Los Contemporáneos, por haber publicado una famosa e importantísima revista literaria con ese nombre. 

     Entre los intelectuales que figuraban en ese “grupo sin grupo”, se encontraban Xavier Villaurrutia —quien sería su gran amigo y confidente—, Jaime Torres Bodet, Jorge Cuesta, Gilberto Owen, Enrique González Rojo, Bernardo Ortiz de Montellano, Carlos Pellicer y José Gorostiza; todos ellos con gustos literarios afines, que buscaban renovar la cultura nacional, con muchas influencias extranjeras. 

     Vaya entonces como homenaje a este pionero mexicano y para los lectores del Hormiguero..., sus versos:

AMOR

Amar es este tímido silencio

cerca de tí, sin que  lo sepas,

y recordar tu voz cuando te marchas

y sentir el calor de tu saludo.


Amar es aguardarte

como si fueras parte del ocaso,

ni antes ni después, para que estemos solos

entre los juegos y los cuentos

sobre la tierra seca.


Amar es percibir, cuando te ausentas,

tu perfume en el aire que respiro,

y contemplar la estrella en que te alejas

cuando cierro la puerta de la noche.


(*) Salvador Novo, (1904 - 1974) es mexicano. Cultivó el teatro, el ensayo, la crónica y la poesía. En esta última; XX poemas, Nuevo amor, Poemas proletarios, entre otros títulos, logra los momentos más sublimes y altos de su literatura.


La literatura siempre habla más alto

  (Sobre la polémica en torno a los libros de la colección literaria  “Identidades Bonaerenses” , que  cuenta con 122 títulos de ficción y n...