¿Por qué se te ocurrió ser escritor?
Desde chica inventaba letras de canciones, fantaseaba
historias. A lo largo de mi vida, escribí algún poema, frase o comienzo de
cuento, pero sin ser consciente de que podía ser escritora. Muchas veces sentía
una euforia, un grito en el pecho que quería salir y no sabía cómo manejarlo ni
por qué lo sentía. Sólo en la pandemia, cuando comencé a escribir cuentos, fue
consciente que eso que sentía era mi necesidad de escribir.
—¿Se puede decidir
ser escritor, o se nace?
Yo siento que nací con la necesidad de escribir, pero no con
todas las herramientas para ser escritora. Para eso estudio.
—¿Cuándo escribís,
dejás volar siempre tu imaginación o mirás la realidad?
Ambas cosas. A veces parto de la realidad, y vuelco a la fantasía esa realidad. O a veces, parte
todo de la imaginación y voy poniendo cosas cotidianas.
—¿De qué trabajaste antes de dedicarte a ser escritor?
Soy bibliotecaria. Trabajo en bibliotecas escolares. Combino
ambos labores.
—¿Cuál fue el libro
que más te gustó escribir?
No puedo elegir uno. Porque lo que me gusta el proceso
creativo, la emoción de estar generando una historia de mi imaginación. Iniciar
y terminar una historia. Sentir la felicidad de lograr una historia redonda.
Se habla mucho de la lectura y la escuela, ¿cómo es la relación
dentro de la escuela? ¿Cómo te gustaría que fuera la escuela de hoy para los
niños?
Creo que la escuela es una gran oportunidad de acceder al
libro, por lo menos en las escuelas de la provincia de Buenos Aires, que es la
que conozco. Las bibliotecas escolares están provistas de buena literatura,
tanto de autores nacionales como extranjeros. Docentes y bibliotecarios que
sepan ser buenos mediadores entre esos libros y los estudiantes, quizás no
formen lectores autónomos y permanentes, pero si van a sembrar la semilla del amor por los libros. En pueblos rurales,
por ejemplo, la escuela es el único lugar donde pueden acceder a libros.
-- ¿Sos muy sensible, como tus personajes?
No, veo que mis
personajes son más sensibles que yo.
—¿Cómo ves la
literatura infantil y juvenil en Argentina? ¿Y en Latinoamérica?
Veo que en Argentina,
cada vez hay más publicaciones y escritores e ilustradores de literatura
infanto-juvenil. Veo a niños y jóvenes leyendo mucho, leyendo sagas o colecciones
de libros. Creo que se lee cada vez más.
—Si un niño o niña
quiere ser escritor, ¿qué tiene que hacer?
Si alguien quiere ser escritor/a, ante todo debe leer. Y luego
formarse en lo específico de la escritura.
—¿Crees que la literatura debe ser estremecedora,
conmovedora, molesta o indomable? ¿Por qué?
Creo que la literatura debe ser lo que al lector le
interese. Para mí (como lectora) la literatura debe ser conmovedora y
sorpresiva.
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